Arco maya Si la choza fue el modelo de los edificios mayas, la bóveda fue la expresión pétrea de su espacio interior. Arquitectónicamente, es una variante del llamado arco encimado o falsa bóveda, ya que en el arco maya las piedras que lo forman no sobresalen cada una respecto de la anterior, sino que a partir de determinada altura pierde la verticalidad y van convergiendo conforme a un trazo predeterminado, quedando alisadas en forma oblicua las caras exteriores, mientras que las partes o puntas internas quedan sin tallar, formando una especie de espiga que penetra y agarra muy bien en la masa monolítica de los muros.
Como obra en sí, se construyeron arcos en algunos sitios (tal vez en muchos, pero no quedan vestigios) para señalar la entrada a una ciudad al final de un sacbé o camino (Labná y Kabah), como paso a desnivel a través de un sacbé (Cobá) o como corte en las murallas para facilitar el paso (Tulum y Mayapán).
Arco de Labná. Forma parte de una estructura que contiene dos cuartos, uno a cada lado, y que se prolonga en un extremo, pero casi en ángulo agudo, con tres cuartos más. Las fachadas están bellamente decoradas con frisos y cornisas, siendo distintas: la exterior contiene paneles de celosía y reproducción de dos chozas; la interior solamente grecas y haces de junquillos.
Arco de Kabáh. ubicado en el inicio del sacbéque une esta ciudad con Uxmal. Fue reconstruido en 1945 y es sencillo, sin adornos.