Aguilar, Jerónimo de

Aguilar, Jerónimo de  (¿-1523?) Natural de Écija, España. Era diácono cuando acompañó en 1511 a Valdivia en su viaje desde el Darién hacia Santo Domingo para dar noticia al almirante del pleito entre Diego de Niqueza y Vasco Núñez de Balboa. Llevaban los procesos y unos 10 000 pesos de oro. El navío naufragó en el arrecife Los Alacranes y en el batel del mismo lograron llegar a las costas de Yucatán empujados por corrientes muy fuertes.

Una vez en tierra los señores de Chauac-Ha, capital de la provincia de los chikincheles los repartieron entre sí como esclavos corriendo diversa suerte. Jerónimo de Aguilar y algunos de sus compañeros de naufragio lograron escapar y dieron con otro cacique Ah Kin Cutz más humanitario que el primero. Este cacique murió poco después al igual que otros compañeros, quedando sólo Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero al servicio del nuevo señor. Jerónimo de Aguilar permanecería en cautiverio de este cacique hasta ser rescatado por Hernán Cortés quien supo de ellos por los indígenas en la isla de Cozumel. A éstos les pidió le llevaran una carta a los españoles y rescate pues sabía que eran esclavos. Cortés en su misiva les comunicaba que los esperaría en esa isla ocho días y que de allá seguiría a Tabasco. También les manifestaba que serían bien acogidos por él. Dos días después Jerónimo de Aguilar recibió la carta de Cortés y comunicando el contenido a su amo, pidió su libertad mediante el rescate. Obtenida ésta, se dirigió a Chetumal en busca de Gonzalo Guerrero. Pero a pesar de su insistencia por convencer a su compañero de reunirse con Cortés, Guerrero decidió permanecer entre los indígenas de Yucatán. Al llegar a Cozumel, Cortés recibió a Jerónimo de Aguilar con profunda alegría y le mandó vestir pues venía a la usanza indígena. Traía una manta y en ella un bulto que contenía un libro viejo de las Horas canónicas. Era el año de 1519. Fueron ocho los años que pasó en cautiverio pues el naufragio había sido en 1511. Durante este tiempo, según versión de él mismo, se había ganado la confianza de su amo y porque en la guerra que aquél sostuvo con otros indígenas le aconsejaba y defendía con gran valentía. Jerónimo de Aguilar fue un valioso apoyo para Cortés durante la Conquista de México ya que le sirvió de intérprete con los indios de la costa de Yucatán y de Tabasco y posteriormente con la Malinche que sabía el maya y el náhuatl. La información que proporcionó Jerónimo de Aguilar a Cortés y a sus capitanes sobre Yucatán entusiasmó a Francisco de Montejo para solicitar ante el rey la conquista de estas tierras que según tales informes «era fértil y abundante en los frutos que en ella se daban». Ya establecido en México, es probable que no prosiguiera la carrera eclesiástica. Tuvo dos hijos naturales con doña Elvira Toznentzin, hija de un principal de Topoyanco, provincia de Tlaxcala. Fueron un varón y una mujer y de ésta quedó descendencia. Sus hijos llevaron el apellido Doria. Se cita a Miguel Doria como nieto de Jerónimo de Aguilar. Bernal Díaz del Castillo informa que cuando Hernán Cortés partió para las Hibueras, Jerónimo de Aguilar ya había fallecido, por lo que se considera que murió en el año de 1523.