Asociación de Sacerdotes Adoradores del Santísimo Sacramento

Asociación de Sacerdotes Adoradores del Santísimo Sacramento  Fue fundada en Europa por el padre Eymard, fundador también de la Compañía de los Sacerdotes del Santísimo Sacramento, aprobada por el Papa León XIII el 21 de enero de 1881. Al año siguiente, 1882, el obispo Crescencio Carrillo y Ancona introdujo esa agrupación en Yucatán. Poco tiempo después, el 8 de noviembre de 1884, la Asociación de Sacerdotes Adoradores del Santísimo Sacramento fue establecida en el Seminario Conciliar de Mérida. El mismo día, el rector, Carlos de Jesús Mejía, fue nombrado director de la Asociación. De acuerdo con el Reglamento, traducido del francés y adaptado a las necesidades locales, la Asociación era propia y exclusiva para sacerdotes del clero secular o para clérigos con órdenes mayores. Los fines propuestos fueron:

Primero: visitar y adorar a Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar.

Segundo: conservar en el clero, el espíritu y la práctica de la oración ante el tabernáculo del altar. Tercero: ofrecer a los nuevos sacerdotes indulgencias y socorros espirituales. Entre las obligaciones de los asociados destacaba la de hacer cada semana una hora continua de adoración delante del Santísimo, ya estuviese expuesto o guardado en el tabernáculo. No había cuota obligatoria ni estipulada y los donativos eran espontáneos y libres. El espíritu de la Asociación estaba vigilado por autoridades eclesiásticas residentes en Canadá, con las cuales se guardaba relación epistolar. Todos los asociados debían esforzarse por vivir una vida eucarística abnegada, y estar prontos a la inmolación por los demás y dirigir sus estudios, su celo y su piedad hacia la Eucaristía y hacia María Santísima, garantizando así la seguridad de que se caminaba hacia Dios. Al pasar los años desapareció esta agrupación y en la jurisdicción eclesiástica de Yucatán surgieron otras formas posconciliares que animan la acción sacerdotal.