Abeja

Abeja  Insecto del orden de los Himenóptera agrupado dentro de la superfamilia Apoidea que utiliza proteína proveniente del germoplasma de las flores para el desarrollo de su prole y no de tejidos de otros insectos como sucede con otros himenópteros como las avispas.

Además de la abeja productora de miel, que vive en grandes grupos (de miles de individuos) que construye sus panales en colmenas fabricadas ex profeso por el hombre y que está organizada en torno de la actividad reproductiva de una hembra generalmente con un alto grado de prolificidad (la reina), existen en el mundo 11 familias de abejas y en ellas están reunidas más de 20,000 especies, de las cuales la minoría es de conducta social y la mayoría de los casos corresponde a abejas de comportamiento solitario, o sea, que no construyen nidos con panales, ni viven comunitariamente con otras abejas de su misma especie, y ni siquiera llegan a tener contacto con sus hijos, pues una vez puesto el huevo en una celda construida por ella misma, abandonará el lugar, para probablemente ir a morir cerrando su ciclo vital. En este caso el desarrollo social existente equivale a cero.

Hay también abejas solitarias comunales y éstas han dado un paso adelante en el camino de la evolución con respecto de las primeras. Estas abejas regresan al nido del cual salieron después de nacer y construyen cada una allí sus propias celdas para la prole sin entrar en contacto con las demás abejas presentes aunque compartiendo el mismo espacio. Algunos autores opinan que esta conducta primitiva es el primer paso seguro hacia la ruta que culminará en el comportamiento complejo y especializado de la eusocialidad.

Un escalón hacia arriba lo representan los insectos que manifiestan la cuasisocialidad.

Este grado se expresa en abejas que siendo hijos de la misma madre, permanecen en el nido paterno y colaboran entre sí, mostrando un perfeccionamiento de sus relaciones comparadas con la conducta señalada anteriormente. Un ejemplo de esta conducta sería el de una hembra que ayuda a su hermana a construir una celda. Colabora con el aprovisionamiento de ésta y luego permite que la hermana ovoposite dicha celda, ayudando enseguida con el sellado de ésta. En este caso el contacto entre las hembras es poco, aun cuando hay una marcada asociación para la colaboración.

Arriba de la cuasisocialidad, encontramos la semisocialidad. Aquí la relación de colaboración entre hermanas se hace más compleja ya que aparece una conducta que es el elemento decisivo en el desarrollo de niveles marcadamente superiores y esto es el intercambio de alimentos entre hermanas que es denominado trofolaxis. Las abejas se pasan el alimento de boca a boca, aquí ya hay contactos intensos entre las hembras hermanas, pero el contacto con la madre es casual y sin relevancia. Las abejas construyen celdas, las aprovisionan y cuidan de las celdas selladas por ellas mismas que su madre ha ovopositado. Sin embargo, hasta aquí no hay rasgos aún marcados de una verdadera socialidad. Michener ha denominado parasocialidad a todas estas modalidades comportamentales (excluyendo a la conducta solitaria).

Para que las abejas sean eusociales (verdaderamente sociales) tienen que reunir las siguientes condiciones: 1) Presencia en el nido de dos castas entre las hembras. una casta estéril dedicada a labores del campo (acopio de alimentos y otros recursos) y a labores del nido: construcción de celdas, aprovisionamiento de éstas, alimentación de la cría y de la hembra reproductiva, limpieza del nido y vigilancia en la entrada de éste. Una casta sexualmente funcional, generadora de la población especializada únicamente en la producción de cría y la emisión de feromonas, elementos de comunicación importantes dentro de la colmena. 2) Traslape generacional: la presencia cuando menos de dos generaciones activas de abejas que se tocan y le dan continuidad a las funciones. Por ejemplo en colonias de melipona, todavía no cambian su función de construcción de celdas las obreras jóvenes que la realizan, cuando ya una nueva generación está incorporándose a la misma actividad. 3) Polietismo temporal o división del trabajo: las abejas cambian de función de acuerdo con su edad y de acuerdo con la disminución de una función glandular para encarar el desarrollo de otra función al activarse la intervención de otras glándulas exógenas. 4) Perennebilidad de las colonias: capacidad de permanecer en los nidos activos durante todo el año y años consecutivos operativamente. En Yucatán tenemos la presencia de todos estos rasgos en las cinco familias más comúnmente presentes aquí.

Familia Anthophoridae. Es la familia con más componentes y encontramos rasgos de solitariedad como es el caso de los géneros Centris, Paratetrapedia, Exomalopsis, Peponapis, que son de hábitos solitarios, pudiéndose señalar algunas especies presentes en el estado: Centris meaculpa Snelling; Centris nitida F. Smith; Centris trigonoides Lepéletier; Paratetrapedia calcarata (Cresson); Paratetrapedia apicalis (Cresson); Exomalopsis (Exomalopsis) aff. boharti; Peponapis limitaris (Cockerell). De la misma familia tenemos abejas más evolucionadas como ceratina y xilocopa que tienen ya un grado semisocial. Algunas de las especies que viven en Yucatán son: Ceratina (calloceratina) 2 spp.; Ceratina (Crewella) 1 sp.; Xilocopa frontalis (Ollivier); Xilocopa megaxilocopa y Xilocopa neoxilocopa.

Familia Halictidae. En esta familia existen grados desde la solitariedad hasta los más avanzados de parasocialidad. En Yucatán hay muchos exponentes de ella, aunque no se tiene información clara sobre su comportamiento. A continuación se enlistan algunos géneros presentes en el estado: Agopostemon nasuta F. Smith; Augochloropsis sp.; Auglochlora aurifera Cockerell; Auglochlora quiriguensis Cockerell; Auglochlorella sp.; Auglochlorella pomoniella Cockerell; Dialictus sp.; Pereirapis sp.; Halictus ligatus (Say). En muchas de estas especies los individuos son de color verde brillante.

Familia Megachilidae. Es conocida también como la familia de las abejas cortadoras de hojas, pues muchas especies construyen las celdas para sus larvas con trozos de hojas que ellas mismas cortan. Todas estas abejas son de hábitos solitarios y hay en Yucatán muchos géneros.

A continuación se señalan algunos ya identificados y sus especies respectivas: Megachile azteca Cresson; Megachile (Pseudocentron) sp.; Megachile totonaca Cresson; Megachile zapatlana Cresson; Megachile ptilosaurus aff. aurantipennis; Megachile chelostomoides cuadridentata; Hypanthidium yucatanicun Cockerell; Heriades n. sp.; Coleoxys cisnerusi Cockerell (parásita); Coleoxys chichimeca Cresson (parásita); Dolichostelis costalis (Cresson).

Familia Collatidae. De hábitos solitarios con un género de hábitos crepusculares en Yucatán: (Ptiloglossa). Colletes arizonensis Stephen; Colletes aff. aztecus; Hylaeus mexicanus (Cresson); Hylaeus cuadratifera (Cockerell); Ptiloglossa sp.

Familia Apidae. Tiene exponentes con una gran diversidad en cuanto a modalidades de organización social todos presentes en Yucatán: solitariedad. Tribu Euglossini: Exaerete smaragdina G. Solitariedad comunal.

Tribu Euglossini: Euglossa viridissima Friese; Euglossa imperialis Cockerell; Euglossa towsendi. Cuasisocialidad. Tribu Euglossini; Eulaema polychroma (M.); Eulaema cingulata (Fabricius); Eufrisea mexicana (Moosary); Eufrisea cóncava (Friese). Eusocialidad primitiva. Tribu Bombini. Bombus medius (Crs.) La subfamilia Meliponinae (abejas sin aguijón) son fuertemente sociales: Melipona beechii beecheii (xunan-kab, kolel-kab pool-kab). Es la más grande, sin aguijón, que hay en el estado. Produce la mejor miel y algunas floraciones están íntimamente ligadas con la calidad del producto, como el xtabentún (ipomoea sidaefolia), tsitsil-ché (gymnopodium antigonoides), puts-mukuy (podopterus mexicanus), tah-che (viguiera dentata), etcétera. Su tamaño es ligeramente menor que Apis mellifera; presenta en el tórax una pubescencia blanquecina que se torna rojiza en el nacimiento de las alas; tiene anillos abdominales amarillo verdoso. Es totalmente dócil y rara vez ataca. Su producción en troncos ahuecados es de 1 a 3 litros de miel. Vive en estado silvestre en reductos de las selvas del Sur y Oriente y aunque ya es muy escasa, aún existen apiarios en Kimbilá, Tikimul, Timucuy, Tekit, Chumayel, Peto, etcétera. Melipona yucatanica, Camargo (ts’ets). Es la otra de las dos únicas especies de este género que habitan en el estado. Es más pequeña que la anterior; su tórax tiene una pubescencia naranja que se torna blanca en el nacimiento de las alas y su abdomen tiene anillos amarillo oro. De carácter bélico, sus poblaciones son pequeñas y su producción de miel menor, aunque de excelente calidad. No se le explota domésticamente y puede hallársele en Ticul, Oxkutzcab, Tekax, Peto, etcétera. Trigona (Cephalotrigona) capitata (ejol, xtakab); Partamona sp. (ch’oodi, xnuk). Scaptotrigona pectoralis (kam-tsak). De tamaño mediano y amarilla, es muy agresiva y libera de sus glándulas mandibulares una feromona con fuerte olor a coco rancio, se enreda en los cabellos y muerde los párpados con fiereza. Habita en los troncos de los árboles exclusivamente. Trigona (Frieseomelitta) nigra. (C.) (xik’, sak-xik’, xikab’). Representa uno de los 11 géneros productivos de las Trigonini. De color negro, excepto la punta de las alas que rematan en blanco, es sumamente dócil, aunque cuando las poblaciones son muy densas pueden desencadenar ataques depositando pequeñas pelotas de resina sobre la piel. Habita desde huecos en los árboles hasta cavidades en postes de mampostería, bardas, muros de casas, etcétera. No construye panales completos y sus nidos consisten en celdas aisladas reunidas en racimos. Su miel, muy húmeda, aunque de excelente sabor, es altamente cotizada. Nannotrigona testaceicornis (Lepéletier), (bol, kuen). Es de escasa pubescencia color gris y ojos verdes cristalinos. Nunca ataca y vive incluso en las zonas urbanas y es fácil de domesticar. Lestrimelitta sp. (niit-kib, limón-kab). Se especializa en asaltar colmenas y arruinar apiarios. Aun cuando es tres veces menor que Apis, este insecto, de lustroso café oscuro, logra su cometido gracias a la sustancia que libera al iniciar su ataque y que al parecer bloquea los receptores olfativos de las abejas guardianas de la colonia a la que dirige su ataque. En otras regiones de México, a este insecto se le conoce junto con la L. limao, como mosca limón o limoncillo y son totalmente inofensivas para el hombre. Trigonisca buyssoni (Friess) (ch’ach’em,p’uue’);. Plebeia frontalis (us-cab); Plebeia tica (us-cab); Plebeia sp. (yaax-ich); Trigona fulviventris (Guerin) (muul-kab); Trigona fuscipennis (Friese) (kuris-kab); Trigona corviria (Cockerell); Trigona nigerrima (Cresson). Finalmente tenemos a Apis mellifera Latreille. Este género también componente de la familia Apidae, tribu Apini, es producto de la importación (de Europa y de los Estados Unidos) con aproximadamente cien años de existir en Yucatán. Originalmente provienen de la introducción de razas como: Apis mellifera mellifera (abeja alemana), Apis mellifera ligustica (abeja italiana), Apis mellifera caucasica. Actualmente (a partir de 1987) con el ingreso al estado del híbrido africanizado de las razas señaladas arriba con una de las razas geográficas aún no claramente determinada por Kerr (1956) Apis mellifera adansonii Ruttner o Apis mellifera scutellata que manifiesta el más alto estudio de eusocialidad junto con meliponinae ya señalada antes. Tanto las abejas solitarias como las marcadamente eusociales en su gran mayoría y sin importar su grado evolutivo desempeñan un papel dentro de la ecología marcadamente importante ya que contribuyen en forma determinante a la permanencia y mejoramiento de la diversidad botánica a través del fenómeno de la polinización y en algunos casos despliegan funciones vitales estrechamente vinculadas a la presencia del germoplasma de tipos específicos de plantas. Es el caso concreto de Peponapis que solamente puede alimentar a su progenie con proteína proveniente del polen de las cucurbitáceas (melón, calabaza, pepino, etcétera), por lo tanto es estrechamente dependiente de estos cultivos.