Atarazanas

Atarazanas  (Campeche) En el centro de la ciudad de Campeche, se ubica este edificio antiguamente conocido con el nombre de «atarazanas». Construido probablemente a principios del siglo XVIII, fue destinado a depósito y reparación de armas durante el gobierno colonial. La primera noticia de su existencia la da Francisco Álvarez: «Hasta el año de 1847, solamente existía del actual Palacio de Gobierno, la parte baja del edificio, conocido entonces con el nombre de El Principal, denominación que tomó de una guardia en él establecida por la Comandancia Militar, y para distinguirla de los demás puestos la llamaban guardia principal. Sobre el corredor de su fachada, tenía un pequeño arco de mampostería, del cual pendía una campana que usaba la guardia para dar por la noche los toques llamados de vela que precedían a la voz de alerta de los centinelas; y durante el día para repetir las horas del reloj público y los toques de la vigía que anunciaba la llegada de buques al puerto. En el año de 1846, el comandante militar del Distrito, José Cadenas, proyectó fabricar sobre este edificio y el de las «atarazanas», otro de mayor amplitud que pudiese servir de cuartel al Batallón Ligero Permanente fijo de Campeche, y tropezando con el inconveniente de que el lugar destinado para Sala de Banderas, era reducido, solicitó y obtuvo del Ayuntamiento autorización para anexarle las caballerizas construidas en el patio de la Casa Capitular.

Los trabajos de construcción del cuartel los principió José Cadenas; pero poco tiempo después, cuando solamente se habían levantado las paredes que debían recibir los techos de las piezas interiores, se vio obligado a suspenderlas por causa del pronunciamiento del 8 de diciembre de 1846, que ocasionó la marcha del Batallón Ligero, y a abandonar definitivamente el proyecto por la sublevación de los indios ocurrida el 30 de julio del año de 1847. Verificada la erección del estado a consecuencia del movimiento político del 7 de agosto de 1857, se hicieron necesarios edificios propios para la instalación y despacho de los poderes y con el fin de llenar esta necesidad, se dispuso la continuación de la obra de El Principal, paralizada desde el año de 1846, destinándose entonces el nuevo edificio para Palacio de Gobierno. En efecto, la obra se prosiguió con toda actividad bajo la dirección del comandante de batallón, Joaquín Solís y Espinosa, a principios del año de 1858, terminándose en el siguiente de 1859″. Hasta el año de 1890 el edificio de las «atarazanas» fue ocupado por las fuerzas federales, siendo entregadas ese año al gobierno del estado; el cual, después de hacerle algunas reparaciones, lo destinó para alojamiento de la gendarmería. Algunos años después, casi convertido en ruina por el abandono en que se le tuvo y siendo necesario ampliar el Palacio de Gobierno, sufrió una completa transformación, construyéndosele un segundo piso, algunas piezas más en el primero, y cambiándose la fachada primitiva. En el interior, transformado por completo, apenas quedó una que otra huella del vetusto caserón de la época colonial.