Algas

Algas  (Del latín alga) Nombre común que se emplea para designar un grupo de organismos, en su mayoría fotosintéticos, que aunque no tienen afinidades de parentesco entre sí, presentan similitudes notables de carácter morfológico, fisiológico y ecológico. Estas similitudes son tan grandes que en ocasiones es difícil reconocer, aun para un especialista, a qué división pertenece un ejemplar. Pero también hay enormes diferencias de una división a otra e incluso dentro de una de ellas. La diversidad se presenta en todos los aspectos: color, tamaño, forma, movilidad, complejidad, estructura celular, fisiología, composición química, hábitat, plasticidad adaptativa, amplitud ecológica. Las hay rojas, verdes, pardas, doradas; de 1 micra hasta 60 m de longitud; desde unicelulares hasta muy complejas, semejantes en apariencia con algunas plantas vasculares sencillas, con formaciones parecidas a raíces, tallos y hojas; geométricas y muy irregulares; sesiles o motiles de por sí o dependiendo de la fase del ciclo de vida en que se encuentren; de capacidad fisiológica varia, según el número y tipo de organoides que presenten; y aptas para reproducirse, unas de manera asexual y otras sexualmente con alternancia de generaciones. Las composiciones químicas de las estructuras celulares y de los productos del metabolismo también muestran grandes diferencias. De hecho no existe un solo carácter que compartan todas las algas, aunque sí puede agrupárseles según las combinaciones de esos caracteres. Por ello tienen, como grupo, tan gran plasticidad adaptativa y amplitud ecológica, lo cual les permite colonizar y establecerse en una diversidad de hábitat: agua dulce, suelo, aire, mar; y dentro de ellos, una enorme cantidad de microambientes. Las algas no evolucionaron a partir de un ancestro común y no tienen, en consecuencia, un solo patrón estructural básico. Sí ha habido respuestas similares a presiones de selección semejantes, que han dado por resultado caminos evolutivos paralelos entre los descendientes de los diferentes grupos originales, o sea, que hay niveles de organización equivalentes, considerados como una convergencia.

Las algas se encuentran en todas partes del mundo. Se tienen registros fósiles desde el período Precámbrico, y se conocen sus mecanismos de dispersión y sus adaptaciones. Son capaces de resistir temperaturas altas y bajas, desecación y períodos de latencia de varios años. Pueden dispersarse por aire y también pueden hacerlo adheridas al pelaje de animales, a las patas de insectos, a cascos de barcos o ser trasladadas por humanos; en las corrientes oceánicas también llegan a viajar fragmentos vegetativos. En general, las algas tienen la capacidad de colonizar todos los ambientes.

En la vida humana, la presencia de las algas ha llegado a constituir un aspecto importante y creciente, tanto positiva como negativamente. Su utilización incluye desde alimentos hasta compuestos para la industria, pero también son agentes de enfermedades y productoras de toxinas. La producción mundial de algas para la alimentación es cada vez mayor, tanto de especies marinas como de agua dulce. Muchos son los productos derivados de las algas: yodo, potasa, sosa y compuestos de varios minerales. Es común en las poblaciones costeras emplear algas marinas como fertilizantes y acondicionadores de suelos y también como forrajes o complemento de éstos. Las algas hacen posible el tratamiento de las aguas negras para obtener aguas limpias y con un bajo contenido de sales minerales, antes de descargarlas en ríos o lagos. La acuacultura cultiva masivamente algas para producir especies comestibles y comerciales, tanto marinas como dulceacuícolas. Las algas han sido utilizadas por muchas culturas para la cura y prevención de múltiples enfermedades (diarrea, constipación, males pulmonares y hepáticos, gota) y en tratamientos para la piel. En la investigación farmacológica se han empleado en la búsqueda de agentes antibacterianos y anticancerígenos.

Sin embargo, las algas también tienen efectos negativos. Los más importantes derivan del crecimiento en gran escala de ciertas especies que liberan toxinas o impiden el desarrollo normal de la comunidad acuática donde se producen; por ejemplo, la marea roja, producida por la liberación de toxinas de varias especies de dinofíceas, es un fenómeno que ocurre casi anualmente en las costas del Pacífico y en el Golfo de México. En aguas estancadas o con poca corriente, el crecimiento excesivo de algas en la superficie impide el paso de la luz y, en la noche, la oxigenación adecuada para la sobrevivencia de otros seres vivos. En depósitos y suministros de agua potable, producen sabores y olores desagradables, obturan los filtros y obligan a la utilización de algicidas. Las algas, por las toxinas acumuladas por los organismos que las ingieren, pueden causar la muerte de seres humanos y de animales. También pueden ser agentes de dermatitis y alergias.

En el Sureste de México. Ningún producto marino de origen vegetal es utilizado comercialmente en el Sureste, en buena parte porque se desconoce su disponibilidad en las aguas que rodean a la Península.

Las plantas marinas utilizables con fines comerciales pertenecen, principalmente a tres grandes grupos botánicos, a saber: las algas rojas o Rhodophytas, las cafés o Phaeophytas y las plantas superiores o Spermatophytas. De todas ellas las algas rojas y las cafés, en ese orden, son las que soportan la mayor explotación.

Las Rhodophytas, de las cuales los géneros principales son Gelidium, Gracilaria, Porphyra, Rhodymenia y Chondrus, se explotan primordialmente para la producción de agar y otros agaroides como el carragenio, que son algas de mares tropicales que se encuentran casi todas en alguno de nuestros litorales. Frente a Yucatán es muy probable la existencia del género Gracilaria en cantidades comerciales, pues se le explota en otros países del Caribe para alimento humano y del género Hypnea que produce agar de igual calidad al de otras algas rojas.

La organización de cualquier industria extractora debe basarse en el conocimiento de la cantidad de materia prima disponible. Desgraciadamente en el caso de las plantas marinas se desconoce la magnitud del recurso en los mares de Yucatán y tan sólo es posible guiarse por observaciones aisladas. En la extensa Sonda de Campeche, entre los bajos de Madagascar y Cayo Arenas y al suroeste de este sitio, entre Celestún y el arrecife Triángulos, se localizan dos grandes acumulaciones de sargazo. Probablemente de éstas y de otras áreas menos localizadas, provengan las grandes masas de algas que se acumulan en las playas durante la época de «nortes» y cuyo aprovechamiento no presentaría problemas de consideración. En las aguas someras, tanto del continente como de los innumerables cayos e islas del Sureste, crecen en cantidades apreciables dos tipos de plantas superiores, conocidas con los nombres de ceibadal (Thalassia testudinum) y dzil, en maya, (Diplanthera wrightii), que podrían aprovecharse comercialmente para fines diversos.