Ávila Álvarez, Fernando María

Ávila Álvarez, Fernando María  (n. 1907) Canónigo arcediano y consejero de la Arquidiócesis. Nació en Mérida. Sus primeros estudios los hizo en el Colegio Católico de San Ildefonso y en el colegio de Benito Ruz. A partir de 1919 y durante cinco años residió en los Estados Unidos de América, estudiando, primero, en el Ceton Hall, de New Jersey, y después en la Universidad de Niágara, en el estado de Nueva York, donde terminó sus estudios preparatorios. Se dedicó en Mérida a actividades comerciales y, finalmente, al servicio de una honda vocación religiosa, decidió abrazar la carrera sacerdotal. Por consejo del arzobispo Martín Tritschler y Córdova ingresó al Seminario de Puebla y, posteriormente, continuó sus estudios en el de Guadalajara. Recibió las sagradas órdenes en 1941, de manos del segundo arzobispo de Yucatán, Fernando Ruiz Solórzano. Celebró su canta misa en la parroquia de Santa Lucía, iniciando una vida dedicada al apostolado que, en 1991, cumplió 50 años de obra sacerdotal.

Entre las principales actividades ministeriales del presbítero Ávila Álvarez destaca su labor en la capilla de Santa Lucía, junto a monseñor Enrique Pérez Capetillo, y sobre todo su trabajo docente en el Seminario Conciliar de Mérida, en el que sus enseñanzas han contribuido a la formación de gran número de sacerdotes. Asesoró durante varios años a la Sección Estatal de la Acción Católica Mexicana, y por encargo de Ruiz Solórzano viajó a España a fin de informarse acerca del Movimiento de los Cursillos de Cristiandad, que después introdujo en Yucatán. Fundó en Mérida, segunda en México, la Casa de la Obra Pontificia de la Protección de la Joven, organización de la que es asesor desde hace 45 años y que ocupa el predio en el que tuvo su domicilio el ilustre historiador yucateco Juan Francisco Molina Solís, en el suburbio de Mejorada. El arzobispo Manuel Castro Ruiz lo designó canónigo arcediano y consejero de la Arquidiócesis y, actualmente, el padre Ávila Álvarez tiene a su cargo, en la Catedral, la capilla del Divino Maestro, en cuyo cuidado y mejoramiento ha dado expresión a su amor por el arte sacro. Hombre de letras, es el autor de una ilustrativa guía de la Catedral de Mérida.