Alcalde de noria Las norias que trabajaron los españoles desde el siglo XVI eran de manivela y el agua se obtenía moviendo personalmente el mecanismo. En 1865 llegó a Yucatán la primera noria de engranaje y vista su utilidad se fabricaron muchas, equipándose con ellas casi todas las fincas de la Península. Para mover el engranaje se utilizaban animales (mulas, caballos, bueyes) y a veces se obligaba a los indígenas; el agua se empleaba para consumo de la población, riego de huertas, cría de ganado, etcétera. Para la custodia y conservación de estas fuentes de abastecimiento se elegía o designaba, con carácter honorario a los llamados alcaldes de noria, entre cuyas funciones estaban las de obtener los animales, cuidar de ellos, vigilar la faena, distribuir el agua, hacer pequeñas reparaciones, notificar y estar pendientes de reparaciones mayores, cuidar el estado del pozo, estanque y canales, etcétera.