Aznar Barbachano, Tomás (1825-1896) Abogado y político. Nacido en Mérida y muerto en Campeche. Hizo sus primeros estudios en el colegio de Manuel Casares de las Llanas. A los 10 años de edad se trasladó a su ciudad natal e ingresó en el Seminario de San Miguel de Estrada donde, en julio de 1842, sustentó una brillante disertación sobre filosofía. Concluyó en 1847 los estudios de los tres derechos: natural, civil y canónico, cursados en la escuela de José María de Regil y posteriormente, el 24 de octubre de 1850, en Mérida, obtuvo el título correspondiente en la Universidad Literaria. En los inicios de la llamada Guerra de Castas prestó servicios como escribiente de la Comandancia Militar y como sargento segundo de la Compañía de Carabineros (1847-1849). Fue fiscal de Hacienda y juez de lo criminal, en 1851; y juez de primera instancia en 1853. En mayo de 1854 ingresó al Colegio de Abogados de México. Fue vocal propietario del Consejo de Instrucción pública y dio valioso apoyo a la educación en la Península al promover que se editaran numerosos libros de texto, de muchos de los cuales fue autor, así como las traducciones que hizo de autores franceses. En el Seminario de San Miguel de Estrada había sido catedrático y secretario (1846-1852) y al fundarse el Instituto Campechano en 1859, en mérito a su esfuerzo, fue su primer director, cargo que dejó durante el Imperio y que nuevamente ejerció de 1867 a 1870. Desempeñó distintos puestos públicos, entre otros el de agente del Ministerio de Fomento en Campeche para el que fue nombrado en 1855, realizando importantes obras, y el de director general de Caminos. Combativo político liberal fue diputado al Congreso de la Unión en tres ocasiones, entre 1857 y 1862.
Aznar Barbachano jugó influyente papel en las acciones para lograr el reconocimiento de Campeche como nuevo estado del país y muy importante para tal fin fue un documento, del que fue autor, titulado «Memoria sobre la conveniencia, utilidad y necesidad de erigir constitucionalmente en estado de la Confederación Mexicana el antiguo distrito de Campeche». Dicho documento, que también suscribió Juan Carbó aunque, al parecer, sin haber participado directamente en su redacción, fue presentado ante el Congreso de la Unión en 1861 y el 19 de febrero de 1862 se decretó el reconocimiento del gobierno federal, si bien en la práctica ya desde mayo de 1858 Campeche se había convertido en estado.
Aznar Barbachano fue vicegobernador de Campeche de 1862 a 1864 y de 1867 a 1870, después del destierro que sufrió durante los años del Imperio. En el ejercicio del periodismo fundó y redactó, en unión de Pablo García y Miguel Duque de Estrada, los periódicos Los Primeros Ensayos, El Hijo de la Patria, La Ley, El Chisgaravís y La Nueva Época. También fue colaborador de El Espíritu Público, Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, La Alborada, Mosaico y otras publicaciones. En 1859, bajo el patrocinio del Ministerio de Fomento, promovió la edición de Las mejoras materiales, una fuente documental de gran utilidad para comprender la economía peninsular de mediados del siglo XIX; sólo se publicó un volumen, con interesantes trabajos suyos como el «Informe sobre las tierras baldías y la colonización en Yucatán»; «Noticias sobre el cultivo, producto, usos y valores del coco en Campeche» y «La caña de azúcar en Yucatán», y traducciones como la del trabajo «Arte de descubrir las corrientes subterráneas de agua» del Abate Paremeye y los «Informes sobre las salinas de Yucatán», «Producción y consumo de maíz en Yucatán» y «Producto, cultivo, consumo y exportación de tabaco en Yucatán», estudios debidos al cónsul de Francia, Laisné de Villeveque. Aznar Barbachano escribió también Apuntes sobre la cronología de México, Yucatán y Campeche (1869) y A la memoria de Pablo García. Apuntes biográficos (1895). Fue miembro honorario de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; presidente honorario del Instituto de África; socio-corresponsal de la Sociedad Humboldt de México; socio-protector de la Academia Médico-Farmacéutica de Mérida. En agosto de 1902 fue declarado benemérito del estado de Campeche. El Aula Magna de la Universidad del Sudeste lleva su nombre.