Asociación Cívica Yucatán Se fundó con yucatecos residentes en la ciudad de México, a mediados de 1951, y su objetivo cardinal fue el de oponerse a las acciones políticas de Tomás Marentes Miranda; su aspiración a ser nominado por el Partido Revolucionario Institucional como candidato al gobierno del estado, para el sexenio 1952-1958, había cobrado inusitada fuerza gracias al apoyo que le otorgaban el poder público federal, en sus más altos niveles, y los dirigentes del partido gubernamental, sin tomar en cuenta que dicho precandidato, por ser oriundo de Tenabo, Campeche, y no contar con los años de residencia en Yucatán que señala la Constitución local, se encontraba legalmente incapacitado para desempeñar la Jefatura del Poder Ejecutivo del estado. La Asociación Cívica Yucatán prolongó sus actividades aun después de que el gobernador Marentes Miranda fue depuesto de su cargo y sustituido por Víctor Mena Palomo en 1953; y, más allá de las estrictas finalidades que dieron motivo a su origen, realizó una importante y amplia labor de carácter social y cultural.
Durante toda la existencia de la ACY fue su presidente el ilustre pediatra, pintor, coleccionista de arte y hombre público Alvar Carrillo Gil y en sus etapas iniciales lo acompañaron en la Junta Directiva Fernando Peraza Medina, vicepresidente; Jesús Amaro Gamboa, secretario general; Hernán Morales Medina y Hernán Rosas Novelo, prosecretarios; Alejandro Cabañas, tesorero; y como vocales o como miembros de las distintas comisiones de prensa y propaganda, defensa legal, finanzas, acción juvenil, arte y acción social, Federico Pérez Gómez, Enrique Díaz y Díaz, Aurelio Casellas Díaz, Vicente Ocampo Alonso, Hernán Carrillo Gil, Fernando Castro Pacheco, Elvia Carrillo Puerto, Hernán Mena Mocoroa, Conrado Magaña Mezo, Fausto Hijuelos Febles, Isidro Mendicuti, Arturo Carrillo Gil, Élmer Llanes Marín, Víctor López Alonso, Alberto Ascencio Briceño y Vicente Méndez Llanes. Su representante en Mérida era Isidro Peniche Carrillo.
Las bases aprobadas en la reunión constitutiva de la ACY, el 27 de octubre de 1951, fueron las siguientes: I. Propugnar la vigencia de un régimen de derecho en la República Mexicana en general y en el estado de Yucatán en particular; II. Luchar contra la corrupción política, administrativa y sindical en nuestro estado, mediante la constante denuncia de las mismas ante la juventud y el pueblo yucateco; III. Crear y sostener una continua vigilancia crítica por parte de la juventud y la ciudadanía yucateca, sobre la dirección y el destino que se impriman al patrimonio y a la economía general de nuestro estado; IV. Exigir la justa aplicación de la Reforma Agraria en Yucatán y demás postulados constitucionales y conquistas revolucionarias; V. Realizar un estudio constante de los problemas económicos, sociales, políticos y culturales de Yucatán, y mantener, de acuerdo con las conclusiones de tales estudios, la vigencia y crítica de los programas que traten de implantarse, denunciándolos cuando resultaren lesivos al interés público; VI. Luchar contra todo continuismo político, contra todo gobierno de camarillas y compadrazgos y contra todo intento de realización de negocios ilícitos y malos manejos al amparo del Poder Público. La ACY tuvo un órgano de prensa, la revista Yucatán, de la que en su primera época aparecieron 18 números, sin periodicidad fija; el primero de los cuales vio la luz pública el primero de octubre de 1951 cuando la Asociación ya existía de hecho pero todavía no se había constituido formalmente. El comité de redacción lo formaron Alvar Carrillo Gil, Jesús Amaro Gamboa, Fausto A. Hijuelos y Víctor Manzanilla Schaffer, sustituido después por Conrado Magaña Mezo, si bien continuó colaborando con la Asociación. A partir del número 11 se incorporaron al comité de redacción Élmer Llanes Marín y Hernán Rosas Novelo. La revista, con muy bella presentación tipográfica, fue ilustrada principalmente con dibujos de Daumier y de Castro Pacheco. En una segunda época, a comienzos de los años 60, aparecieron otros seis números de la revista.