Annovacio, Juan de Religioso servita natural de Venecia, Italia. El presbítero José Butler, rector del Colegio Jesuita de La Habana, ocupada por los ingleses, se dirigió en 1762 al brigadier y capitán general de Yucatán, Pedro Crespo y Honorato, avisándole que ante la perspectiva de una invasión de la Nueva España por fuerzas inglesas, fray Juan de Annovacio, amigo del comandante de la isla, se disponía a salir hacia Campeche para percatarse de las fortificaciones españolas en la costa del Golfo de México, de lo cual también había recibido noticias el virrey Joaquín de Montserrat, marqués de Cruillas, de modo que Annovacio fue arrestado al llegar a Campeche y trasladado a la Ciudad de México donde se le enjuició. Como respuesta a la sentencia que condenaba a fray Juan a ser trasladado a España, se produjo una protesta del arzobispo Manuel Rubio y Salinas, inconforme por haberse violado el fuero eclesiástico al juzgar a Annovacio autoridades civiles, siendo excomulgados los dos oidores, el asesor general y el auditor de guerra que intervinieron en el proceso, y amenazado de excomunión el virrey. La polémica se prolongó durante mucho tiempo.
Finalmente se nulificó el severo castigo impuesto por el arzobispo y Annovacio, por su parte, fue remitido a España donde, después de revisarse el caso, fue puesto en libertad. Sirvió en el ejército y en 1768 se le condenó a cadena perpetua, acusado nuevamente de espionaje.