Anestesiología El éter sulfúrico fue la primera sustancia que verdaderamente se usó como anestésico general. Esta propiedad fue descubierta por un dentista norteamericano, William T.G. Morton que ejercía en Boston y que luego ingresó a la Escuela de Medicina de Harvard; muy interesado por el problema de la anestesia, consultó con el maestro de química Charles T. Jackson, quien lo orientó sobre el uso del éter. Morton lo ensayó primero en animales y luego consigo mismo. Por último, le pidió autorización a J. Warren, profesor de cirugía y cirujano del Hospital de Boston, para usarlo en un paciente que fue operado con éxito el 16 de octubre de 1846.
Un año antes, en 1845, un condiscípulo de Morton, llamado Joseph Mortimer Tappan, se graduó en Harvard y llegó a Yucatán en 1846, presentando su examen de incorporación en la Escuela de Medicina. Los conocimientos demostrados le valieron para ser designado profesor en la misma. Unos meses después, el 4 de junio de 1847, ingresó al Hospital de San Juan de Diosun jornalero de Hunucmá llamado José Huchim, cuya mano izquierda estaba destrozada por la explosión de una bomba y había que hacer la amputación. Tappan indicó la anestesia con éter, brindándose a administrarla el licenciado en medicina, José Matilde Sansores, que era director del Hospital, y operaron los doctores Tappan e Ignacio Vado Lugo. En su práctica privada Tappan usaba siempre el éter en sus intervenciones quirúrgicas, pero no se sabe quien lo administraba. No fue sino hasta 1870 en que, después de graduarse en París, regresó a Mérida Ricardo Sauri, haciéndose cargo del Servicio de Cirugía y Partos del Hospital General de Mejorada, quien exigió que la anestesia fuese manejada por un médico dedicado a ello para que se efectuase en condiciones óptimas, propiciando así el inicio de la especialidad. Como novedad, introdujo el cloruro de etilo, que usó por primera vez Ermilo Solís Alcalá en la persona de Mauricio Ayuso para un trabajo odontológico realizado por Miguel J. Monforte. El doctor Sauri fue el primero en Yucatán que empleó la cocaína para anestesia ocular e hizo del éter el anestésico corriente en las operaciones que realizó. Posteriormente se comenzó a usar el cloroformo, siendo Manuel Arias el que lo administraba en el Hospital. A veces se utilizaba una mezcla de éter y cloroformo, usándose la mascarilla simple. En 1899 Teodosio Pérez Peniche aplicó en el Hospital la primera raquianestesia con cocaína, ayudado por algunos de sus alumnos de patología externa. Desde 1906, en el nuevo Hospital O’Horán, se distinguió como anestesista, por su gran habilidad, Luis Cáceres Novelo; en esa época se empleó la mascarilla de Ombredanne para proporcionar una mezcla de éter y de ácido carbónico y Saturnino Guzmán Cervera puso en práctica en varias ocasiones la anestesia raquídea por el método de Jonesco, con soluciones de estovaína y novocaína, logrando usar dosis menores que las propuestas internacionalmente para obtener buenos resultados.
Al fallecer en 1928 el doctor Cáceres, ocupó su puesto en el Hospital Alonso Patrón Gamboa. Se empleaban también otros métodos de anestesia, tales como la regional y local, usándose al principio soluciones de cocaína y de estovaína, que fueron abandonadas después del descubrimiento de la novocaína. Patrón Gamboa, que además era profesor de clínica médica, mencionaba en 1932 que estaba experimentando la raquianestesia según las técnicas de Le Filliatre y Koster, de Nueva York. El 6 de junio de 1945 el estudiante Alfonso Sansores Manzanilla llevó al cabo la primera anestesia caudal continua para lograr el parto sin dolor, en el Servicio de Maternidad del Hospital O’Horán. Después de graduado viajó a La Habana para tomar cursos sobre la especialidad y retornó en 1947. A él se debe la actualización de métodos y técnicas y el empleo de las primeras máquinas de anestesia; a partir de este momento logró un margen de seguridad más elevado y hasta entonces poco frecuente en las intervenciones quirúrgicas. Fue el primero en usar la intubación endotraqueal y la respiración controlada. Un poco antes, desde 1940, se comenzó a usar la anestesia por vía intravenosa con soluciones de derivados barbitúricos (pentobarbital sódico) que tuvo mucho uso (excepto en obstetricia) sobre todo como inductora de la anestesia general inhalada. Se dedicaron también a esta especialidad Manuel Valencia Romero, Marcelo Martínez Repetto, Herbert Lara Vázquez, Joaquín E. Ruz y otros. En 1947, al crearse en el Hospital O’Horán el Servicio de Anestesia, lo jefatura Manuel Valencia Romero, quien luego se ausentó para tomar cursos sobre esta especialidad y trabajar en hospitales de los EUA, volviendo a desempeñar el mismo cargo de 1956 a 1964.
En el Hospital de Henequeneros, de 1947 a 1959, la Jefatura de Anestesia estuvo primero a cargo de Sansores y, luego, de Ruz Menéndez con la colaboración de Lara Vázquez y Peniche Erosa. En 1959 surgen otros dos anestesiólogos, ambos del IMSS, Alfredo Arjona Suárez y Jorge Herrera, quienes han desarrollado activa labor docente, sobre todo el segundo, por cuyo esfuerzo se consiguió que hubiese cursos de residencia de anestesiología en el hospital del IMSS. Un buen refuerzo constituyó el que desde el año 1962 viniese a radicar en Mérida el maestro cubano, Ricardo Méndez Peñate.
La primera residencia oficial del hospital del IMSS data de 1972, siendo los primeros anestesiólogos egresados de ella Ramiro Alcocer Blanquet, Ernesto Ortiz Puente y Fernando López Becerra. En años posteriores, ya sea mediante cursos tomados aquí o en otros sitios, se especializaron y trabajan actualmente Carlos Sáenz Larrache, Jorge Colomé, Carlos Iván Sabido, Leopoldo Sarlat, Armando Bolio Osés, Víctor Fernández Bojórquez y Rafael Medina Hall, actual jefe del Servicio en el Hospital O’Horán. En 1968 Sansores Manzanilla, ya mencionado, fue fundador y primer presidente de la Sociedad Yucateca de Anestesiología. Se han escrito diversas tesis para examen de grado sobre anestesia en la Escuela de Medicina, de 1857 a 1950: Anestesia clorofórmica, abril 1894, Maximiliano Medina Samada; De la anestesia en cirugía, febrero 1898, Romualdo Manjarrez López; La raquicocainización subaracnoidea, diciembre 1903, Germán Pompeyo; Anestesia y anestésicos, octubre 1906, Pablo F. Bolio Trejo; Anestesia general, febrero 1911, Práxedes Y. Prieto; Intoxicaciones postclorofórmicas, septiembre 1913, Miguel Alonzo Romero; La raquianestesia en Yucatán, enero 1937, Amílcar Novelo Rosado; Breve estudio sobre las anestesias intravenosas por el pentotal sódico, julio 1943, Héctor Ortegón Vela; Curare, abril 1948, Herbert Lara Vázquez; Narcosis intravenosa, mayo 1948, Alberto Rosado G. Cantón.