Ancona Moguel, Juan Pablo (1822-?) Canónigo. Doctor en derecho. Nació en la villa de Tixkokob donde realizó sus primeros estudios en la Escuela de Julián Troncoso, quien vio en él aptitudes para las letras, motivo por el cual sus padres lo entregaron al cura párroco de Tixkokob, José Clemente Romero, para que fuese educado. Con él aprendió latín. De ahí fue enviado por sus padres, a indicación del cura Romero, a estudiar en el Seminario Conciliar de San Ildelfonso, único establecimiento docente en aquella época donde se podía cursar filosofía. Durante sus años de estudiante en el Seminario y en premio a su aplicación, el rector José María Loría lo nombró bibliotecario de esa institución. Estudió también los cursos de teología y moral, esta última a cargo del que sería obispo de Yucatán, Leandro Rodríguez de la Gala. Por esta época ocupó la Sacristía Mayor de la Catedral de Mérida, sin abandonar los estudios de teología y moral que ya había emprendido.
Durante el desempeño de este cargo fue instado por el entonces presbítero Rodríguez de la Gala a pedir Órdenes Sacras. Al efectuarlo pidió hasta el Presbiterado, siendo aprobado por el Sínodo en los exámenes de tabla. Sin embargo, no pudo recibir la Sagrada Orden del Presbiterado, sino hasta que cumplió la edad prescrita por los cánones. Fue ordenado in sacris por el obispo diocesano José María Guerra y Correa, quien le destinó con el carácter de cura coadjutor a la parroquia de Yaxcabá el 12 de noviembre de 1844. Allí enseñó la doctrina cristiana, en lengua maya, a más de 500 niños indígenas. A raíz de una grave enfermedad tuvo que dejar la parroquia y trasladarse a Mérida. Recuperada la salud, el obispo Guerra y Correa le encargó la parroquia de Hunucmá en la que permaneció durante un año la cual tuvo que abandonar a causa de otra enfermedad. De nuevo en Mérida y a petición de Domingo Quintana Roo, cura de Santiago, fue nombrado cura coadjutor de esa parroquia, cargo que desempeñó durante tres años. Al estallar la llamada Guerra de Castas numerosos sacerdotes cuyas parroquias habían sido destruidas llegaron a Mérida; aprovechando esa circunstancia, el presbítero Ancona Moguel pidió al obispo le permitiese ingresar de nuevo al Seminario para continuar sus estudios de teología dogmática. Antes de un mes, su maestro, Manuel Secundino Sánchez, le guardaba consideraciones de compañero y con frecuencia le encomendaba el desempeño de su cátedra. Por esos años obtuvo fama de alumno eminente y sacerdote ilustrado y virtuoso, digno de obtener las más elevadas dignidades de la iglesia yucateca.
Al terminar el curso de teología dogmática fue nombrado por unanimidad para sustentar en acto público el certamen que se denominaba Vaticinio. A raíz de este acontecimiento el obispo Guerra y Correa lo nombró su capellán, cargo que ocupó por cinco años. Durante este período se dedicó a estudiar jurisprudencia y cursó las asignaturas de derecho canónico y derecho civil. En esta época, y al mismo tiempo que estudiaba, le fue encomendada la parroquia del Sagrario de la Catedral de Mérida, a la que renunció para dedicarse por completo a sus estudios de derecho.
El 31 de enero de 1850 el obispo Guerra y Correa lo nombró para formar parte de la misión eclesiástica que, a petición del gobierno del estado, debía dirigirse a Valladolid con el propósito de procurar por medios pacíficos que los indígenas sublevados volviesen a la obediencia de las leyes. Durante el desempeño de esta comisión envió cartas y habló con los sublevados tratando de cumplir con el cargo que se le había confiado. Durante su permanencia por aquellos lugares estuvo en un enfrentamiento entre las tropas del gobierno y los indígenas rebeldes. En esta acción se le vio cuidar a los heridos y recoger a los muertos para darles sepultura. Después de ocho meses de tareas continuas, la comisión eclesiástica retornó a Mérida sin haber podido cumplir con su cometido. De nuevo en la capital del estado, el presbítero Ancona Moguel prosiguió sus estudios de derecho civil y canónico, los cuales concluyó, presentando exámenes el 20 de enero de 1853. En seguida le fue conferido el grado de profesor en la Facultad de Jurisprudencia. Por esas mismas fechas, el 22 de febrero de 1853, y por fallecimiento del cura de la parroquia de Maxcanú, fue nombrado para cubrir esa vacante. Administró la parroquia hasta el 13 de marzo de 1862 en que el obispo Guerra y Correa lo nombró cura de la parroquia de Halachó, así como vicario foráneo y juez eclesiástico, por muerte del cura párroco de ese lugar. A los cinco años de estar al frente del curato se inició la guerra contra el Imperio y en un posterior episodio local del conflicto, el presbítero Ancona Moguel fue detenido y trasladado a la villa de Calkiní bajo la acusación de haberle ofrecido espléndido recibimiento a la emperatriz Carlota a su paso por ese lugar hacia la ciudad de Campeche. Fue puesto en libertad poco después y retornó a su natal Tixkokob. El 26 de junio de 1867 pidió le fuera concedida la vacante del curato de esa población por haber muerto el cura párroco titular y el 1 de septiembre de 1888 fue nombrado por el obispo Crescencio Carrillo y Ancona, promotor fiscal de su Obispado y al poco tiempo canónigo de la Iglesia Catedral. Al establecer el obispo Carrillo y Ancona la Universidad Católica de Yucatán, le confirió el grado de doctor en ambos derechos (canónico y civil) el 25 de enero de 1891, como un homenaje a sus conocimientos.