Albergue Cottolengo Nombre popular con el que se conoce a la institución denominada Escuela de Salud para el Tratamiento de Enfermos Alcohólicos Cottolengo, en honor de San José Benito Cottolengo que hace más de 150 años fundó en Turín, Italia, un albergue para alcohólicos. En todo el mundo sólo existen además del mencionado, los de Miami, Argentina y Yucatán. Por promoción del padre Raúl Ignacio Kemp Lozano, el 23 de septiembre de 1985 se inauguró la primera sección para hombres, en 1989 la de mujeres y en 1991 se comenzó la construcción de un hospital de 100 camas. Dentro de las 11 ha del predio están además de los dormitorios, el comedor y cocina, el auditorio, la cafetería, salón de juegos, la casa del padre Kemp, el dormitorio para el personal, la panadería, el cuarto frío, campos deportivos, jardines y huertas de hortalizas. Todo esto ha sido posible gracias a la ayuda de la Fundación Juan E. Millet Rendón, Patronato de Cottolengo, Grupo Apostólico de Matrimonios Cristianos y muchos otros donantes. El instrumento clave dentro de los procedimientos terapéuticos es el Programa de los Doce Pasos de AlcohólicosAnónimos. Para los hombres, el tratamiento dura nueve meses: hasta los dos, dejan recibir visitas, hasta los cuatro pueden salir a sus casas los fines de semana y a los nueve terminan su rehabilitación. Para las mujeres, el programa es de cuatro a seis meses. Según sus estadísticas, se logra la rehabilitación en el 60% de los hombres y el 90% de las mujeres. Ya rehabilitados, los que tienen donde ir y así lo deciden, se marchan; otros optan por reanudar sus actividades anteriores u oficios y permanecen viviendo en la residencia para trabajadores que cuenta con 20 moradores; algunos son ocupados en labores de la propia institución.
Toda la atención es gratuita y el único requisito de ingreso es ser alcohólico con deseos de rehabilitarse: el padre Kemp le ha dado organización de comunidad al conjunto de internos, por lo que cada tres meses eligen democráticamente 17 dirigentes, entre ellos un presidente, un custodio y varios comisionados. Este comité maneja la comunidad y el padre Kemp actúa como supervisor. Los residentes cuentan con la asesoría espiritual del padre Luis Ángel Espínola y las atenciones de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. En siete años de trabajo, se ha ayudado a más de 1,200 alcohólicos. Actualmente los internos son 120 hombres y 20 mujeres.