Aguaceros Término utilizado para identificar a un cierto tipo de lluvia que se caracteriza por ser fuerte y abundante. En Yucatán los aguaceros se presentan generalmente durante la época de lluvias regulares, conocida localmente como temporal, la cual comienza a mediados del mes de mayo y finaliza en octubre. Se ha observado que los aguaceros de mayor intensidad (no los de mayor duración) caen al principio de esta época, así como que en algunas porciones del territorio peninsular las lluvias anticipadas, antes de que se inicie propiamente el temporal, son aún más intensas. Los aguaceros comienzan casi siempre en las primeras horas de la tarde, aunque en ciertas áreas, como sucede en el Sur y Sureste de la Península, también pueden ser nocturnos, en forma de lluvias copiosas de corta o mediana duración, pocas veces de más de tres horas continuas. La intensidad de los aguaceros muestra diversas relaciones con el desarrollo de las actividades agrícolas. Son fuente de humedad aprovechable para las especies cultivadas, pero también, frecuentemente, causan daños directos a las plantas, sobre todo en las milpas y parcelas hortícolas, donde predominan cultivos anuales, herbáceos, de escasa cobertura foliar. Los aguaceros, desde luego, constituyen la principal fuente de agua, tanto en lo que se refiere a la humedad que se acumula en los suelos y que puede ser aprovechada de manera directa e inmediata, como a la infiltración de los excedentes pluviales que recargan los acuíferos subterráneos, conformando así un importante potencial hidrológico para la agricultura de riego. La fuerza de estas lluvias, empero, es causa como se ha señalado antes, de daños físicos a las plantas y de erosión en las capas superficiales del suelo, esto último principalmente cuando el terreno muestra declives pronunciados.