Aznar Pérez, Gabriel (1843-1934) Catedrático. Jurisconsulto y funcionario público. Periodista. Nacido y fallecido en Mérida. Su graduación de abogado, en 1864, señaló el inicio de una brillante y rectilínea trayectoria en la docencia, la judicatura y el servicio público. En el Colegio Católico de San Ildefonso tuvo a su cargo las cátedras de filosofía y de inglés, idioma que dominaba al igual que la lengua maya. Maestro en el colegio de enseñanza primaria y secundaria de Benito Ruz y Ruz y después, en 1875, director fundador de la Escuela de Nuestra Señora de Guadalupe, sostenida por la obra de la enseñanza dependiente de la Sociedad de San Vicente de Paúl. En 1886, Crescencio Carrillo y Ancona, obispo titular de letra y coadjutor de Yucatán, lo nombró catedrático de derecho canónico en el Seminario Conciliar Universitario y posteriormente, en enero de 1891, cuando ya era titular de la Diócesis, le expidió el título de doctor en derecho civil y canónico por la Universidad Católica de Yucatán. En 1900, catedrático de derecho constitucional y administrativo en la Escuela de Jurisprudencia, en la que más tarde atendió también, interinamente, la cátedra de derecho internacional público y privado.
En marzo de 1901, catedrático de filosofía en el Instituto Literario del Estado, plantel del que asumió la dirección en agosto del mismo año, renunciando a la misma en febrero de 1902 y años después, en 1905, a la cátedra de filosofía por inconformidad con la sustitución del libro del sacerdote y filósofo catalán Jaime Balmes, que llevaban como texto sus alumnos. Su actuación en el Poder Judicial fue también sobresaliente. Desempeñó en distintas épocas los cargos de: secretario del Tribunal Superior de Justicia, siendo gobernador Guillermo Palomino; magistrado del propio Tribunal durante las administraciones del coronel Daniel Traconis, de Carlos Peón y de Francisco Cantón; y fiscal del mismo Tribunal Superior nombrado por el gobernador Olegario Molina. Su talento periodístico se manifestó en las diversas publicaciones en que tuvo destacada participación: El Semanario Yucateco (1878-1892), del que fueron colaboradores, con él, Manuel Nicolín Echánove, Juan Francisco Molina Solís y Bernardo Ponce y Font; La Razón Católica, semanario que fundó en 1889, convirtiéndose en bisemanario, hasta su desaparición dos años después, y en el que colaboraron, entre otros, el presbítero Mauricio Zavala, Isidro Mendicuti Ponce, Néstor Rubio Alpuche y los ya mencionados Molina Solís y Ponce y Font. Nombrado por Olegario Molina Solís para desempeñar la Procuraduría General de Justicia, Aznar Pérez se mantuvo en ese importante cargo durante varias administraciones, incluidas las primeras de la era revolucionaria: la de José María Pino Suárez y la de Nicolás Cámara Vales. Posteriormente, el gobernador preconstitucional y comandante militar del estado, Eleuterio Ávila, lo nombró director general del Registro Civil. Al ser destituido arbitrariamente durante el período, breve y de ingrata memoria, de Toribio de los Santos, decidió retirarse a la vida privada, sin solicitar pensión ni jubilación alguna, no obstante su precaria economía. Al referirse a esa situación, Marcos Avilés Ramírez, en un documentado estudio biográfico sobre Aznar Pérez, cita de éste la siguiente ilustrativa opinión: «Los méritos no siempre se equiparan a los vaivenes de la política. La fe y la ideología no deben supeditarse a esos vaivenes. A final de cuentas la pasamos algo apurados de bienes terrenos, pero en paz con nosotros mismos». El 15 de julio de 1910 Gabriel Aznar ingresó como socio correspondiente a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística. El 6 de enero de 1934, la Liga de Acción Social le rindió, en vida, un emotivo homenaje a las puertas de su domicilio en la calle 66 núm. 469. Un año después de su muerte un grupo de discípulos de Gabriel Aznar Pérez, entre ellos Ricardo Molina Hübbe y los historiadores Francisco Cantón Rosado y Jorge Ignacio Rubio Mañé, promovieron la colocación en el mismo predio de una placa conmemorativa cuyo texto es el siguiente: «En esta casa vivió y en ella murió el 13 de diciembre de 1934 el insigne maestro y jurisconsulto Gabriel Aznar Pérez. Homenaje de la Academia Yucateca de Jurisprudencia y Legislación y de sus discípulos. Mérida 13 de diciembre de 1935».