Asilo Celarain El notable político y filántropo presbítero José Ma. Celarain dejó un legado en 1889 con el cual se fundó un Asilo de Mendigos, en una casa que se adquirió para ello en el norte de la ciudad, sobre una avenida (llamada ahora de los Cupules), en su entronque con el paseo de la Reforma (calle 72 norte). Primero funcionó como albergue para familias pobres sin hogar y después como asilo para ancianos y mendigos. En 1904 recibió a los internados en la Casa de Beneficencia Brunet, fundiéndose ambas instituciones.