Armada de Barlovento A consecuencia del ataque y saqueo de la ciudad de Campeche, el 12 de agosto de 1633, por Pie de Palo y Diego El Mulato, así como del constante peligro de otros ataques piratas, una Cédula Real expedida el 4 de mayo de 1635 creó el impuesto llamado del tostón (consistente en cuatro reales) que deberían pagar anualmente los indios. Posteriormente, el 23 de febrero de 1638, otra Cédula Real completó la serie de contribuciones que se destinarían al alistamiento de una escuadra dedicada a vigilar las costas del Golfo de México, y que se denominaría Armada de Barlovento.
No fue sino hasta los años del gobierno de Diego Cárdenas Zapata, marqués de Santo Floro (1636-1643), cuando se urgió a las autoridades para que hiciesen efectivas las contribuciones estipuladas en dichos mandamientos, según los cuales Yucatán (la provincia) debía aportar la tercera parte de los productos de sus encomiendas, el duplo de sus alcabalas y un tanto por ciento sobre los tributos de los encomenderos. Los ayuntamientos de la provincia acudieron al gobernador para que se aplazasen los cobros correspondientes por considerar que se trataba de una tributación muy gravosa, pero el marqués de Santo Floro no accedió, advirtiendo que de no cubrir oportunamente el importe se les descontaría de su patrimonio.
En respuesta, los ayuntamientos nombraron procurador a Juan de Magaña Pacheco para que fuese a España a gestionar ante el rey la supresión de esas contribuciones, al mismo tiempo que el gobernador insistía en hacerlas efectivas y, a su vez, informaba a la Corona acerca de la situación en la provincia. El monarca ordenó que se dejaran sin efecto, quedando únicamente vigentes una contribución sobre las mantas que los encomenderos cobrasen como tributo, y otra sobre los naipes.