Arias Durán, Manuel (1828-1893) Médico obstetra nacido y muerto en Mérida. Hizo sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de San Ildefonso, donde el presbítero Secundino Sánchez lo inició en la carrera eclesiástica, llegando a recibir sólo las órdenes menores. En 1852 inició el estudio de la medicina. Fue alumno del quinto curso de la Escuela, todavía bajo la dirección de Ignacio Vado, su fundador, y al morir éste recibió enseñanzas de Nemesio de los Santos Rubio y José M. Tappan. Se graduó de bachiller en medicina en 1855 y de licenciado en medicina y cirugía en 1858, desarrollando su tesis sobre Entozoarios. Aunque nunca dejó de ejercer como médico general, fue sin duda el primero a quien se le reconoció dedicación especial a la obstetricia, en la que adquirió gran destreza y amplios conocimientos. Desde 1861 comenzó a trabajar en el Hospital General, distinguiéndose como buen anestesista. Su pasión por la anatomía lo llevó al terreno docente y así, en el programa de estudios del Colegio Civil Universitario del año de 1863, figuraba como catedrático de anatomía, fisiología y zoología de la Escuela de Medicina. Ansioso siempre de superarse, gastaba gran parte de sus ingresos en la compra de los más modernos tratados de medicina que se publicaban en Europa y en la suscripción de revistas especializadas, lo que le permitió mantener a sus alumnos al tanto de los adelantos de la ciencia médica en el mundo. Promovió la creación de la Casa de Maternidad, iniciativa que ganó el activo respaldo del gobernador del estado, general Guillermo Palomino, y del director del Hospital General, Augusto Molina Solís, fundándose esa institución en septiembre de 1887 como un departamento del Hospital, pero en 1889 ya tuvo local propio al lado de la Escuela de Medicina, en las calles 50 con 61. También en 1887 creó la cátedra de clínica obstétrica, que desempeñó hasta sus postreros años. Incansable en el ejercicio de su profesión, supo curar enfermos y consolar tristezas y fue especialmente generoso con la gente pobre a la que atendía muchas veces sin recibir estipendio alguno. Con objeto de honrar su memoria, José Palomeque, discípulo suyo, mandó fundir un busto en bronce de Manuel Arias, que donó a la Escuela de Medicina en octubre de 1901; al mes siguiente, el gobierno del general Francisco Cantón expidió un decreto para imponer su nombre a la Casa de Maternidad y erigir un monumento donde colocar el busto, el cual fue inaugurado el 15 de diciembre. En 1905, al ponerse en servicio la nueva sede del Hospital O’Horán, la Maternidad ocupó uno de los pabellones, llevando el nombre de Manuel Arias y teniendo a su entrada el monumento.