Anatomía patológica Importante rama de apoyo a la medicina que fue conocida en Yucatán cuando en 1906 se invitó al médico danés, Harald Seidelin, a venir a Mérida para fundar y dirigir el laboratorio del recién inaugurado edificio del Hospital O’Horán. En septiembre de ese año, en su lección inaugural, decía Seidelin: «La anatomía patológica tiene, además, una importancia eminentemente práctica en el diagnóstico de fragmentos de tejidos extirpados durante la vida para determinar si hay indicación para una operación mayor. Tampoco deben estimarse pequeños los servicios que puede prestar a la higiene, verificando después de la muerte el diagnóstico y determinando, como consecuencia, las precauciones que deben tomarse en casos de enfermedades epidémicas, o en otro sentido, a los gobiernos, revelando errores de diagnóstico y evitando así todos los gastos y molestias que son las consecuencias inevitables de la existencia comprobada en cierto lugar de una enfermedad infecciosa grave. El objeto del patologista no es hacer el trabajo clínico más fácil, sino más completo». Todo el equipo necesario para instalar el laboratorio se pidió a Europa y el todavía estudiante Hircano Ayuso y O’Horibe fue nombrado ayudante de Seidelin tanto en la Sección de Anatomía Patológica como en la cátedra. El plan de estudios de la Escuela de Medicina se modificó el 13 de octubre de 1906, implantándose en el cuarto año la asignatura primer curso de anatomía patológica y en el quinto año, el segundo curso.
Desde la inauguración hasta fines de 1910, se efectuaron 1,899 autopsias y 2,111 estudios microscópicos anatomopatológicos; el Museo de Anatomía Patológica, incrementado poco a poco, contó con 253 piezas. Al ausentarse de Yucatán Seidelin, en 1910, quedó al frente del laboratorio y de la cátedra Diego Hernández Fajardo, pero en 1912 fue nombrado como titular de la cátedra y de la Sección de Anatomía Patológica Ayuso y O’Horibe. Cuando éste se trasladó a Tampico en 1921, se suspendió el trabajo de la Sección aunque las clases se siguieron impartiendo. El museo contaba ya con cerca de 500 piezas. En 1931 retornó de París Eusebio Acosta Reyes, quien atendió la cátedra (confirmado en el reglamento interno de agosto de 1939) hasta 1946. Después de un curso de tres años en el Bellevue Hospital y en el Mount Sinaí Hospital de Nueva York, EUA, Rubén Farías Campos regresó a Mérida en 1946 y estableció nuevamente los servicios de anatomía patológica en los hospitales O’Horán y 20 de Noviembre, haciéndose cargo además de la cátedra respectiva en la Escuela de Medicina. Farías Campos se trasladó a la Ciudad de México en 1957, ocupando su lugar Antonio Reyes Pérez, recién llegado de la Ciudad de México. Después, tomó un curso en la misma ciudad Álvaro Bolio Cicero, quien comenzó a trabajar en varias instituciones locales desde 1961. Posteriormente cursaron estudios de especialización otros médicos: Francisco Vadillo Briceño, en México, y Ramón Díaz en Nueva York. Roger Sánchez Elías viajó en 1974 a Miami, Florida, para especializarse durante varios años en el Mount Sinaí Hospital, retornando a Mérida en 1979. Actualmente es jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital O’Horán. Luego tomaron cursos en México Guadalupe Suárez Hoíl, Jorge Hadad Herrera, Antonio Reyes Ortega y Jesús Campos Martínez. Más recientemente, Álvaro Bolio Solís. Debido al escaso número de patólogos, no se ha constituido una asociación que los agrupe. Sin embargo, desde 1988 tienen representación en el Colegio Médico de Yucatán.