Alaminos, Antón de (1486-1520) Natural del puerto de Palos, en la actual provincia de Huelva, Andalucía, España. Conterráneo de los famosos hermanos Pinzón, viajó en las naves de Cristóbal Colón en el tercer y cuarto viaje de éste, los años 1498 y 1502 respectivamente.
En 1513, ya experto piloto, participó en la expedición de Juan Ponce de León a La Florida así como, pocos años más tarde, en las tres expediciones, para descubrir y conquistar nuevas tierras, que, despachadas desde Cuba por el gobernador Diego Velázquez, se adelantaron en aguas del ahora denominado Golfo de México: la de Francisco Hernández de Córdoba en 1517; la de Juan de Grijalva en 1518 y, finalmente, la de Hernán Cortés en 1519. Los expedicionarios españoles, en la exploración de Hernández de Córdoba, tomaron contacto por primera vez con las tierras del litoral de Yucatán, que así quedaron descubiertas para futuras navegaciones. Fue Antón de Alaminos, en ese viaje, quien escogió la ruta de la Florida, donde ya había estado antes, como la más adecuada para el retorno a Cuba. El cronista Bernal Díaz del Castillo lo narra así: «…y luego alzamos anclas y dimos velas para ir nuestro viaje a la isla de Cuba; y el piloto Alaminos se concertó y aconsejó con los otros dos pilotos que desde aquel paraje a donde estábamos atravesásemos a la Florida porque hallaba por sus cartas, grados y altura, que estaría allí obra de setenta leguas, y después de puestos en la Florida dijo que era mejor viaje y más cercana navegación para ir a La Habana que no la derrota por donde habíamos venido». La expedición de Juan de Grijalva se organizó con cuatro naves. Uno de los pilotos fue Antón de Alaminos. Siguieron la misma ruta de la anterior y después de recorrer las costas de Yucatán, que él consideraba las de una isla, continuaron hasta territorios del Pánuco. No avanzaron más por no considerarlo conveniente Alaminos y, no obstante las discusiones al respecto entre Grijalva, Ávila y Montejo, retornaron a Cuba por la misma ruta escogida en el viaje anterior, el de Hernández de Córdoba. Esa vía prevaleció durante mucho tiempo: las naves salían de Cuba rumbo a Yucatán, recorrían las costas del Golfo hasta el Pánuco y de allí, para retornar a Cuba, pasaban por la Florida. En la expedición que Cortés jefaturó, Antón de Alaminos, cada vez con mayor fama por sus méritos y experiencia, era el piloto mayor y viajaba acompañado de un hijo suyo del mismo nombre. Bernal Díaz al referirse a Alaminos, esa ocasión, ya le llama «el célebre Antón de Alaminos». La admiración que sus compañeros le manifestaban se debía, sin duda, a sus relevantes conocimientos y a sus acertadas decisiones. En el viaje con Cortés, Alaminos se negó a permanecer en Champotón, a pesar del deseo de Cortés y de varios de sus capitanes y soldados, movidos por la intención de vengar la derrota infligida por los indígenas a Hernández de Córdoba. Argumentó Alaminos que el viento que traían era favorable para llegar a Tabasco en dos días; de lo contrario no podrían salir de allí ni en más de una semana. Finalmente, hacia mediados de 1519, a Antón de Alaminos le correspondió pilotear la nave en que viajaron hacia España los capitanes Alonso Hernández Portocarrero y Francisco de Montejo, comisionados por Hernán Cortés para defender sus intereses, contra las acusaciones de Velázquez, ante el emperador Carlos I de España.