Cines

Cines  En enero de 1897, el ex gobernador Manuel Cirerol organizó en su domicilio una sesión con el antiguo artefacto llamado cámara oscura. La prensa anunció que pocos días después se traería un aparato cinematográfico Lumiere, para lo cual se acondicionó el Teatro Peón Contreras y a partir del 31 de enero de ese año se dieron funciones para exhibir varias películas cortas con diversas escenas, incluyendo una corrida de toros en la plaza de Madrid. En febrero, los empresarios Ángel Montaño y Antonio Chemín abrieron otra sala de proyección en la Estación Central de Tranvías, en tanto que Taylor lo hizo recorriendo varias poblaciones del estado. En 1902, el empresario Beltrán Dupuy utilizó el recién inaugurado Circo Teatro Yucateco, como lo hizo también en 1904 la empresa Casasús-Adams, que distribuía películas. En 1912, Eulogio Gurrutia presentó en el Teatro Peón Contreras un primitivo intento de sincronización sonora con el cronóforo Gaumont, pero esto no progresó. Las películas comenzaron a tener tramas más elaboradas, interpretadas por nacientes estrellas. Durante 1914 y 1915 se abrieron algunos salones expresamente habilitados para la proyección: Variedades, (calle 60 y 73); Frontera, (después llamado Rívoli y luego Rex, en la plaza de Santiago); Fraternidad, (calle 69 núm. 429); Iris, Independencia y el teatro cine Principal, (calle 60, que aún persiste como teatro Daniel Ayala). Después se abrieron el Pathé (plaza de Santa Ana) y el Moderno (en la 60 sur, que luego fue Hidalgo). En 1918 se agregaron los cines Mérida (en la plaza de San Juan, llamándose luego San Juan); Fénix, (plaza de San Sebastián); Ideal (calle 65 núm. 430) y Venecia (esquina del Chem Bech).

Algunos empresarios recurrían a compañías teatrales en gira para alternar temporadas de cine y teatro (Peón Contreras, Principal). Algunos de los cines mencionados fueron efímeros, por lo que en la década de los veinte funcionaron otros como el Pasaje, Montejo y el Esmeralda (que aún existe en la plaza de San Cristóbal). En el estado se inauguraron: Variedades y Principal (Progreso); México (Izamal); Pathé (Ticul, luego Ideal hasta su clausura); Olimpia (Motul); Morelos (Tizimín); Principal (Valladolid), y Magaña (Hunucmá). En Mérida, en 1925, se agregaron el Odeón y el Alcázar (Plaza de Mejorada). En abril de 1927 se exhibió en el Peón Contreras una serie de cortos filmados con el sistema Phonofilm de Deforest. En 1929 se abrió el Allende (de corta existencia) y el 14 de diciembre de ese año el Principal inauguró su equipo sonoro Vitaphone. Las películas eran silenciosas con títulos intercalados en español, pero a partir de 1930 varias salas comenzaron a hacer adaptaciones para instalar el equipo de sonido (fonógrafo y grandes discos). En 1931 la prensa dio a conocer que Yucatán, con sus 63 centros de diversión (cines y teatros) ocupaba el segundo lugar, superado solamente por el Distrito Federal. En junio de 1931, el cine teatro Novedades (abierto poco antes en los portales de la Plaza Grande) comenzó a operar como cine y en él se proyectó el corto de un rollo Revista Mérida, primera película sonora filmada aquí. Más adelante, la crisis económica provocó el cierre de varias salas y que otras intercalaran funciones teatrales.

En mayo de 1936 se inauguró el cinema Cantarell, anunciado como el más moderno de la República, con capacidad para 1,500 espectadores, equipado con sonido de alta fidelidad RCA Photophone, proyección Super Simplex y clima ideal. El éxito de esta moderna sala obligó a los empresarios de otros cines a modernizar sus equipos. En marzo de 1940, el Teatro Peón Contreras quedó adaptado exclusivamente como cine, sucediendo lo mismo en 1944 con el teatro Colonial. En julio de 1949 se incendió el cine Rialto y en diciembre se inauguró el Mérida, de mayor proporción (1,500 espectadores en la planta baja y 500 en el balcón) y con vestidura elegante. En 1950, el Cantarell instaló una gran pantalla, lo que luego fue imitado por otros cines. En 1952 fueron inaugurados los cines Apolo y Lido, el cine teatro Yucatán y el cine teatro Fantasio, que tuvo la modalidad pasajera de ofrecer diariamente en las mañanas funciones cinematográficas. En 1955 se inauguró el cine Maya en la colonia Alemán y que durante muchos años fue el mejor de la ciudad, pero terminó destruido por un incendio en 1991. En 1957 se agregó el cine Aladino (calle 60 con 65).

Durante las décadas de los sesenta y setenta, los 15 cines que operaban en Mérida sufrieron un lento y paulatino desgaste, a pesar de los esfuerzos de modernización de su mobiliario y equipo. Debido a los programas televisivos, el público fue dejando de asistir a los cines, lo que obligó a cerrar varios como el Peón Contreras, Novedades, Principal, Encanto, Alcázar, Rialto, entre otros.

En 1970 el Apolo fue denominado Olimpia Vistarama y en 1976 el Colonial se volvió Premier. A pesar de esta situación, se fundaron otros en sitios extremos de la ciudad: en 1974 el Pedro Infante (calle 62 con 95) y el Cordemex (en la colonia del mismo nombre); ambas salas estuvieron en un principio dedicadas a la exhibición de películas mexicanas. A principios de 1976, sólo funcionaron en Mérida siete cines, aunque la situación se alivió un poco cuando la empresa Gené reabrió el Rex y el Fantasio e inauguró el Colón (avenida Reforma y Colón). En 1977, el Cinema 59 (calle 59 y 68) se agregó.

Una situación que fue limitando la asistencia del público a los cines del centro de la ciudad fue la falta de espacios para estacionar los automóviles, lo cual motivó que en estos años recientes se construyeran salas múltiples con poca capacidad ubicadas en plazas comerciales con amplios estacionamientos (Plaza Dorada, Gran Plaza). Un reciente cine, el Internacional, también de poca capacidad, fue inaugurado en 1994 en el céntrico cruce de las calles 59 con 58.