Chicle

Chicle  Goma de mascar obtenida del látex del árbol Achras zapota, conocido como zapote en la Península de Yucatán y chicozapote en el resto de la República, nombre que proviene del náhuatl zapotl, que designa en general a las frutas. La palabra chicle provino de sicte, nombre que los mayas le daban a la resina seca para mascar, cuyo uso se conservó popularmente en toda el área maya de los estados del Golfo. Desde 1830, una empresa estadounidense industrializó el sicte, agregando edulcorantes y sabores y presentándolo en forma de pastilla que recibió el nombre de chiclet. Fue Felipe Ibarra Ortoll quien inició en la Península la explotación comercial y exportación de la materia prima, en 1860, utilizándose los extensos zapotales de Quintana Roo y del sur de Campeche. La resina se obtiene practicando al tronco una serie de cortes en zigzag; en la parte inferior se recoge en bolsas de lona, vertiéndola luego en grandes pailas para calentarla y concentrarla; con ella se llenan unos moldes para hacer las marquetas que se dejan secar, con lo cual toman color gris. Con las marquetas se hacen los fardos listos para la exportación. La temporada de recolección es la de lluvias, de junio a octubre.

El campamento chiclero se improvisaba en plena selva, ya que cada año era distinta su ubicación; básicamente constaba de galerías o enramadas con hamacas, para que durmieran los trabajadores; en otra enramada estaban la cocina y el comedor, con mesas y bancas de tablones; un galerón cerrado era almacén de equipo, víveres y marquetas. Por medio de arrias se comunicaban con algún centro de acopio. En 1890 eran 1,200 los chicleros, que no dejaban de tener problemas con los indígenas sublevados que vivían en la selva, además de padecer paludismo, úlcera de los chicleros (leishmaniasis cutánea) y mordeduras de serpientes. Al terminarse las hostilidades en 1905, Chan Santa Cruz se volvió gran centro de acopio y de avituallamiento de los campamentos, por lo que posteriormente se construyó una vía férrea hasta el puerto de Vigía-Chico, de donde las barcas de cabotaje llevaban los fardos de chicle a Progreso, para ser luego transportados a Estados Unidos en buques de carga. A partir de 1928 disminuyó la producción debido a la gran crisis en este país.

En 1930, el gobierno acordó que la explotación del chicle se hiciera por medio de cooperativas. En 1935 se establecieron algunas fábricas nacionales de chicles; en Mérida destacó la fábrica Espinosa Alcalá Hnos., que producía el chicle maya. El lapso de 1940 a 1945 fue uno de los mejores, pues trabajaron anualmente unas 20,000 personas que producían 8,000 toneladas. A partir de 1949 la demanda de las compañías estadounidenses disminuyó, pues comenzaron a utilizar otras resinas y productos sintéticos. En 1975 sólo se produjeron 730 toneladas; en 1983 trabajaron 1 600 personas.