Cayo Arenas, Conflicto de

Cayo Arenas, Conflicto de  (1885-1895) Al norte y noroeste de las costas de Yucatán se encuentran las islas Arenas, Pérez, Los Triángulos, Cayo Arenas y otras, y bancos en varias de las cuales era explotado clandestinamente por ciudadanos estadounidenses el guano o abono proveniente del excremento de aves marinas. El conflicto fue motivado por la concesión del guano, que le había sido otorgada por la Secretaría de Fomento a una casa de Baltimore. El permiso se declaró caducado por no haber cumplido ésta algunas condiciones del contrato. Con posterioridad, esa firma no sólo se siguió considerando como dueña de la concesión, sino hasta de las islas y demandó ante los tribunales de su país a los dueños y capitanes de dos buques que habían tomado guano de ellas sin su permiso, alegando la demandante que Cayo Arenas no era territorio mexicano. El gobierno de los Estados Unidos apoyando a esa compañía, decidió entonces en 1885 declarar arbitrariamente que aquellas zonas guaneras pertenecían a su dominio. Esto obligó a México a iniciar gestiones para reintegrar a la nación estas islas. En este conflicto, el obispo Crescencio Carrillo y Ancona salió en defensa de la soberanía del territorio nacional y fue muy importante la labor que desempeñó, con las pruebas indiscutibles que en favor de México presentó en su estudio La Isla Arenas. Apuntes para la defensa del territorio nacional con relación a dichas islas y otras muchas que con ellas se enlazan en las costas de Yucatán, publicado en 1886. Este documento sirvió de base para las negociaciones diplomáticas entabladas entre México y Estados Unidos, que culminaron con el acuerdo expedido por el Departamento del Tesoro estadounidense el 21 de noviembre de 1894, mediante el cual se declaró que en lo sucesivo estas islas no serían consideradas como propiedad de los Estados Unidos. El 1 de abril de 1895, el presidente Porfirio Díaz informó al Congreso de la Unión que habían terminado satisfactoriamente las negociaciones entre los dos países, iniciadas en 1886, para la reintegración de las islas a México.