Cárdenas Samada, Cornelio

Cárdenas Samada, Cornelio  (1888-1957) Director de orquesta y compositor. Nació en Mérida en el suburbio de San Cristóbal. Estudió composición, violín e instrumentación con maestros destacados de la época que contribuyeron a su formación musical como Jesús Uribe, Justo Cuevas, Arturo Cosgaya Ceballos, Domingo María Ricalde Moguel, Cayetano de las Cuevas y Francisco Quevedo. Cárdenas Samada fue el fundador, a principios de este siglo, de la enseñanza de música coral en las escuelas primarias del estado. En 1910 marchó a la Ciudad de México, donde escribió música para el teatro y el cine, estuvo a cargo de la dirección de orquestas con las cuales realizó giras por los estados de la República. Fue subdirector de la orquesta del Teatro Briceño. Obras teatrales suyas fueron estrenadas en los teatros Colón y María Guerrero, una de ellas, la zarzuela Mirza, poema coreográfico con argumento de Mediz Bolio, que montó la Compañía de Prudencia Griffell en el Teatro Colón. Al retornar a Mérida estrenó en el Teatro Peón Contreras (1917) su opereta El marquesito enamorado, también con libreto de Mediz Bolio y representada por la Compañía de Mimí Ginés. Otra de sus obras son tres óperas, Escenas itzalanas, en un acto, Chichén Itzá, en cuatro actos y Ya-yaax-can, en dos actos, con libreto de autor desconocido. Compuso la música del poema coreográfico Danza maya, también de Mediz Bolio, que después de ser estrenado en Mérida por Norka Ruskaya, fue presentado con gran éxito en Cuba, Estados Unidos y Francia. Con el ilustre compositor Silvestre Revueltas, colaboró con la parte musical de la película La noche de los Mayas, también con argumento de Mediz Bolio, dirigida por Chano Urueta. Durante algunos años dirigió la Banda de Música de Chetumal, Quintana Roo. Los últimos años de su vida son tristes y penosos; Roldán Peniche Barrera, que lo conoció ya anciano, cuenta que éste perdió las facultades mentales, y en la Plaza Grande andaba vestido, aun en la canícula, de traje completo, chaleco y corbata, pero sin sombrero ni zapatos, con el cabello largo y desarreglado al estilo de Beethoven o Mozart.