Cítricos

Cítricos  Los frutos cítricos fueron introducidos a la Nueva España por los españoles desde 1518, siendo los primeros que, a partir de 1542, fueron traídos a Yucatán. En la Relación, de fray Diego de Landa (1565) y en la Relación, de varios encomenderos, en el siglo XVI, ya se mencionan como presentes de Yucatán naranjas dulces y agrias, limones, limones romanos y cidras. En su Historia de Yucatán (1668), fray Diego López de Cogolludo refiere una interesante mutación botánica: «Hay muchas naranjas, cidras, toronjas, limas dulces y agrias, limones de la tierra, que son pequeños y algunos de los grandes de Castilla. En el año de mil seiscientos treinta y cuatro, que yo vine de allá a esta tierra, trajo algunos pies de ellos el capitán Alfonso de Valdés, y habiéndose cogido de ellos limones dulces, como eran en España, de éstos se han sembrado después las pepitas y creciendo los árboles producen los limones muy agrios, aunque de la misma grandeza y parecer a la vista, la cual mudanza no ha habido en las naranjas». Son de introducción más reciente y resultado de mutaciones botánicas o hibridaciones: pomelo o grape fruit, mandarina, tangerina, chinalima, cajera y tangelo. Entre los árboles frutales que se cultivan en Yucatán, el grupo de los cítricos es el más importante. Debe señalarse que, en algunos casos, ha habido ciertas dudas en las clasificaciones y nomenclatura, lo cual se está subsanando.