Ceiba cocodrilo Al tributar veneración a la madre tierra, los pueblos mesoamericanos la consideraban en sus dos aspectos: la tierra es madre pródiga, pero es al propio tiempo tumba de todos sus hijos. Por ello, las ideas de tierra, fertilidad y muerte se fusionan en el arte religioso. En el área maya se destacan como símbolos de la madre tierra, la mitológica ceiba (imix yaaxché o yaax imixché), plantada en el centro del mundo, y un fabuloso cocodrilo (itzán-cab-aín). Diversos dioses mayas, además de tener representaciones zoomorfas, son manifestados por medio de plantas, o pueden parecer entremezclados por medio de plantas, o entremezclado su aspecto antropomorfo con el animal y el vegetal. Descomponiendo el nombre dado a las ceibas de la creación en la mitología maya, obtenemos tres vocablos: yaax (verde o primero), ché (árbol) y el término imix, representa una fusión de «mamá» y «pluma», que es esotérico en nuestra Península. Los mayas de Yucatán nombraban imix al primero de la serie de 20 días de su calendario ceremonial y lo relacionaban con la tierra, como madre que sustenta a la humanidad. Barrera Vázquez llama la atención sobre el término itzam cab-aín, monstruo terrestre, subrayando que Ahí, aín o ayih son diferentes variantes de un mismo nombre que significa lagarto.