Cuevas  Cavidades naturales o artificiales excavadas en la roca, de extensión más o menos grande, aunque las primarias y las artificiales son generalmente de menor dimensión; son las secundarias, especialmente las desarrolladas en terrenos kársticos, las que a menudo se prolongan en tortuosas direcciones y con variedad de formas, ramificándose en sistemas de cavernas. Es el lento pero continuo flujo de agua a través de la roca caliza por lo que propicia su disolución y la infiltración vertical la que induce la formación de estalactitas y estalagmitas. Aunque es generalizado el apoyo al planteamiento que establece que las abundantes cuevas de la Península de Yucatán han sido generadas por los procesos de solución de la roca caliza, algunos investigadores sostienen que su origen es el resultado de la solución y erosión mecánica en la zona insaturada del suelo, es decir, por encima del nivel freático. Sin embargo, es un hecho que la mayoría de las cuevas con pasadizos laterales desarrolladas en suelos y rocas solubles fueron formadas en diferentes niveles cuando el agua freática circulaba por ellos; conforme el nivel freático ha disminuido, al ascender la Península, las zonas de cuevas han quedado por encima de él quedando expuestas a la zona insaturada y modificada por el flujo del agua ahí presente; es este último proceso el que ha inducido a algunos investigadores a concluir que las cuevas resultan de procesos de solución de la roca calcárea por encima del nivel freático. Las más conocidas, denominadas grutas, se localizan en la región de la sierrita de Ticul, entre las que sobresalen Loltún y Calcehtok. Unos kilómetros al oriente de Chichén Itzá están las grutas de Balancanchén, de gran valor arqueológico.