Cortés en Yucatán Saliendo precipitadamente de Cuba para dirigirse a México, Hernán Cortés y su flota, compuesta de 11 barcos, tocaron la isla de Cozumel a mediados de febrero de 1519. Pedro de Alvarado, que se había adelantado, había cometido algunas fechorías y Cortés, para asegurarse la buena voluntad de la población maya, mandó reparar el agravio, devolviendo los objetos hurtados. Enseguida, Cortés quiso rescatar a los españoles que sabía, vivían en tierras de Yucatán. Los mensajeros entregaron una carta a Jerónimo de Aguilar que éste, supuestamente, leyó o entregó a Gonzalo Guerrero que vivía en la provincia de Chetumal. Guerrero rehusó regresar con los españoles y Aguilar acudió al lugar donde debía embarcarse con rumbo a Cozumel, pero el barco había zarpado. Cortés permaneció en la isla hasta el 4 o 5 de marzo cuando emprendió la navegación hacia Isla Mujeres y el día 6 con rumbo a Cabo Catoche. Una avería en un barco obligó a la flota regresar a Cozumel. Mientras realizaban las reparaciones, llegó una canoa entre cuyos tripulantes se hallaba Jerónimo de Aguilar. El domingo 13 de marzo zarpó la flota con rumbo a Isla Mujeres, donde permaneció otro día antes de seguir su viaje alrededor de la Península para no detenerse más que en la desembocadura del río Grijalva, donde se libró la batalla de Centla y donde recibió en obsequio a Marina. Cortés tenía así a los intérpretes que tanto deseaba para su conquista.