Constancia (La) Fábrica de hilados y tejidos establecida en la Quinta Barbachano en el suburbio de San Cristóbal, en Mérida. Sus fundadores fueron los señores Nicolás Binney y Manuel Medina. Fue inaugurada en diciembre de 1865 durante la visita a Yucatán de la emperatriz Carlota. En la Quinta se construyeron edificios de dos pisos con el propósito de albergar las máquinas de vapor y los telares importados de Estados Unidos de América. En sus inicios, la fábrica contaba con un tren de vapor de 25 caballos de fuerza y 30 telares. Los trabajos de la fábrica se vieron afectados por el fin de la Guerra de Secesión en Estados Unidos de América, por el cultivo del henequén que desplazó al del algodón y por la falta de tierras apropiadas para este cultivo, factores que llevaron al cierre del establecimiento en 1868, cuando sus propietarios lo pusieron en venta. Al año siguiente, la adquirió Juan Antonio Urcelay Peniche, quien la amplió dotándola de un total de 128 unidades entre hiladoras, telares y otros artefactos, que eran impulsados por un motor de vapor de 150 caballos de fuerza. Entre sus productos figuraban mantas de varios anchos, manta dril, manta cruda, diversas clases de cotines, hilos para coser y otros artículos.
Alrededor de 1878 se comenzaron a producir rebozos como los de Puebla, los cuales tuvieron mucha demanda entre los sectores populares del estado.
Hacia 1885 había aumentado la variedad de sus productos, cuya demanda era tan grande que a menudo se agotaban las existencias. El algodón se cultivaba en Yucatán en muy escasa proporción y para abastecerse de suficiente materia prima, Urcelay tenía que adquirirla de los Estados Unidos de América. La fibra importada tendía a ser de mejor calidad y limpieza que la del país, por lo que los tejidos hechos con ella tenían mejor aspecto. Sin embargo, el encarecimiento del algodón y la elevación de los costos de importación afectaron paulatinamente las ganancias de la fábrica hasta que su propietario la cerró en 1890.