Coatí (En maya, chiik) Nasua narica. Mamífero carnívoro de la familia de los prociónidos. Orden Carnívoros. Ampliamente distribuido en las zonas tropicales, subtropicales y templadas de México. En la Península es bastante abundante. Sus rasgos distintivos son su largo hocico móvil, con el que husmea continuamente, la cola tan larga como el cuerpo, que casi siempre mantiene erecta verticalmente con el extremo curvado. Esta cola no es prensil (aunque el coatí se mueve bastante en lo alto de los árboles), sino que le sirve sólo para equilibrarse y mantener el balance. Sus medidas son de cabeza y cuerpo, 43 a 63 cm y cola de igual longitud, con un peso de 3 a 6 kg. Los machos son bastante más pesados que las hembras. Su coloración es variable, pero generalmente es café rojiza, con manchas negras y grises a manera de antifaz en la cara y bandas oscuras transversales en la cola. Es omnívoro y tiene un agudo sentido del olfato y olisquea sin cesar en busca de insectos, lagartijas, miriápodos, arácnidos, lombrices, termes, caracoles, babosas y otros pequeños animales. También come cierta cantidad de frutos y granos y, ocasionalmente, causa daños en los campos cultivados. En busca de su alimento, se desplaza haciendo mucho ruido, moviendo piedras y troncos, trepando a los árboles y excavando termiteros y hormigueros. En caso de alarma, lanza una llamada aguda y, en respuesta, todo el grupo se refugia.
Generalmente, los machos adultos son expulsados del grupo y permanecen aislados, excepto entre enero y marzo, cuando las hembras entran en celo y propician el apareamiento. Después de la gestación, que dura unos 74 días, nacen entre dos y siete críos, con un peso entre 100 y 170 g. El nido lo construyen en el hueco de un árbol, donde permanece la cría cinco semanas. Cuando la hembra se reúne con el grupo, los hijos siguen a la madre, la que los provee de alimento. Las hembras y los jóvenes son gregarios y forman bandas de hasta 20 o más individuos que, en ocasiones, llegan a ser extraordinariamente nutridas, con más de un centenar de miembros. Los machos adultos, en cambio, son solitarios, excepto en la época de reproducción. Tiene poca importancia como animal de caza, pero se le captura vivo en grandes cantidades para venderlo como mascota, ya que en general es simpático, sociable, manso y vivaracho, fácilmente adaptable al cautiverio. De adulto, sin embargo, puede volverse agresivo y causar lesiones con sus dientes y garras. Además de la especie señalada, existe en la Península el coatí de Cozumel, Nasua nelsoni, de menor tamaño y poco conocido, que esencialmente tiene las mismas características físicas, dietas y costumbres. Se desconoce el estado de sus poblaciones. Al coatí se le llama también tejón o pisote.