Cisteil Encomienda de Manuel de Argaiz hasta el año de 1762. En este sitio, un indígena llamado Jacinto Uc de los Santos, Canek, organizó una rebelión que debía estallar el 20 de noviembre de 1761, pero unos días antes sucedió que un comerciante de aguardiente, en estado de embriaguez, reprendió a los conjurados y éstos lo asesinaron. La noticia llegó al padre Rulas y a la guarnición de Sotuta comandada por el capitán Tiburcio N. Cosgaya, quien al frente de diez soldados de caballería entró a Cisteil, pero todos fueron muertos, menos uno que escapó e informó lo sucedido. El gobierno envió a 2,000 soldados que hicieron una gran matanza en el pueblo y apresaron a Jacinto Uc y varios de los conjurados. Fueron trasladados a Mérida y ejecutados en la Plaza Grande entre el 14 y el 19 de diciembre de 1761, por orden del gobernador José Crespo y Honorato. El apelativo Canek le fue puesto por las autoridades, para preservarlo como un rey que se había puesto la corona y el manto de la Virgen de Cisteil, lo que justificaría las severas medidas de escarmiento, las cuales fueron condenadas por el virreinato de la Nueva España y por el mismo rey Carlos III. Entre esas medidas estuvo la de regar la tierra con sal en grano para hacerla improductiva e inhabitable.