Muñoz Arístegui, Enrique

Muñoz Arístegui, Enrique  (1856-1936) Comerciante y político. Gobernador constitucional de Yucatán de 1910 a 1911. Nació y murió en Mérida, Yucatán. Huérfano a temprana edad, tuvo que aprender el oficio de zapatero, con el maestro Joaquín Pren, considerado en su época como un distinguido artista del calzado. Más adelante, ya con pleno dominio de esta rama productiva, se dedicó a la importación de materiales para la fabricación de zapatos, en su establecimiento denominado La Gacela. Comenzó sus actividades políticas durante el gobierno de Octaviano Rosado, 1882-1886, como vocal de la H. Junta de Beneficencia. Posteriormente, fue regidor del Ayuntamiento de Mérida durante los gobiernos de Daniel Traconis, 1891-1892, y de Carlos Peón, 1896; director del Banco Yucateco en 1895 y 1896; socio fundador y director de la fábrica La Industrial, de 1900 a 1904, dedicada a la producción de artefactos de henequén, y consejero y comisario hasta la liquidación de esta fábrica en 1905. Fungió como vocal y tesorero del Consejo Administrativo del antiguo hospital de 1902 a 1906, y en este último año colaboró con Olegario Molina Solís para la construcción del Hospital O’Horán. Molina Solís lo nombró jefe político de Mérida. Fue designado gobernador interino del estado, en ausencia de Molina Solís, del 16 de abril al 6 de diciembre de 1906 y más adelante lo sustituyó cuando este último fue nombrado por Porfirio Díaz, ministro de Fomento, Colonización e Industria, del 21 de marzo de 1907 al 10 de julio de 1909 y del 1 de septiembre de 1909 al 31 de enero de 1910. En 1909, con motivo de las elecciones para gobernador constitucional del cuatrienio que comenzaría el 1 de febrero de 1910, enfrentó difíciles momentos políticos. Tuvo como contendientes a Delio Moreno Cantón, representante del Centro Electoral Independiente y a José María Pino Suárez, del Partido Nacional Antirreeleccionista. Porfirio Díaz determinó que Muñoz Arístegui, continuara al mando del gobierno, por lo que al verificarse los comicios, mediante un gran fraude electoral, Muñoz Arístegui resultó ganador. El 1 de febrero tomó posesión como gobernador constitucional. Muchos de sus opositores fueron encarcelados durante días y aun meses; algunos se vieron obligados a trasladarse a la Ciudad de México o al extranjero. Durante su administración, expidió el 4 de abril un decreto que establecía el servicio de Seguridad Pública y de Policía, en sustitución de la Guardia Nacional, prestada por ciudadanos yucatecos. El 4 de junio estalló la rebelión de Valladolid, que sofocó con dureza. En los primeros días de julio había en la cárcel de Valladolid más de 250 presos, parte de los cuales fueron trasladados a Mérida. Se procedió a juzgarlos en el Consejo de Guerra; 130 fueron consignados al ejército, y 28, declarados inútiles para el servicio de las armas, fueron deportados a Quintana Roo, donde se les obligó a ejecutar trabajos forzados. El 2 de septiembre, Joaquín Peón, Enrique Cámara y Nicolás Cámara Vales, entre otros, le solicitaron dirigirse al H. Congreso del Estado con el fin de que éste decretara una amnistía en favor de los procesados por rebelión y se redujera la pena de los presos, a lo cual respondió negativamente. El 10 de octubre dio a conocer un decreto donde se establecía que Porfirio Díaz y Ramón Corral ocuparían la presidencia y vicepresidencia de la República, respectivamente, hasta 1916. En su informe de gobierno del 1 de enero de 1911 dio cuenta de la conclusión del adoquinado, banquetas y desagüe de la ciudad de Mérida; de la construcción del edificio de la Junta de Sanidad y la dotación de todo lo necesario al Instituto Antirrábico; la construcción del Edificio Federal, del mercado Lucas de Gálvez, de las casas escuelas de Mejorada y San Sebastián, del Parque del Centenario; la instalación de escuelas en las cabeceras de los partidos en donde aún no había edificios apropiados, inaugurando personalmente las de Progreso, Maxcanú, Halachó, Motul, Tecoh, Tekax, Peto, Hoctún y Sotuta, dotándolas de todo el mobiliario escolar apropiado. Promulgó una ley que gravaba la exportación de matas pequeñas de henequén, con el fin de proteger la producción de ese agave. Promulgó además, la Ley del Notariado, la Ley de Instrucción Pública y el Reglamento de la Junta de Sanidad. El 3 de marzo estalló en la villa de Peto un movimiento rebelde morenista y el 4 del mismo mes, dos más en la villa de Temax y en el pueblo de Yaxcabá, partido de Sotuta, que ordenó sofocar. Por otra parte, comenzaron a sublevarse los sirvientes de numerosas haciendas. La rebelión tenía visos de extenderse a todo el estado, por lo que el general Díaz determinó enviar a Yucatán, para hacerse cargo del gobierno al general Luis del Carmen Curiel, quien llegó el 11 de marzo de 1911. Ese día el Congreso local concedió una licencia ilimitada a Muñoz Arístegui quien se embarcó el 15 de marzo hacia la Ciudad de México, y poco después de la caída de Díaz envió la renuncia definitiva a su cargo. Se retiró completamente de la política, dedicándose a sus negocios particulares. Murió el 23 de abril.