Morales y Lanzos, Alberto

Morales y Lanzos, Alberto  (¿-1878) Militar, comerciante y diplomático. Nació en Nueva Orleáns, Luisiana, Estados Unidos de América, y murió en Progreso, Yucatán. En abril de 1843, dirigió la defensa del puerto de Sisal cuando fue atacado por el general Peña Barragán, enviado por Santa Anna. Posteriormente, a principios de enero de 1848, en momentos en que el gobierno de Yucatán reprimía con esfuerzo el movimiento rebelde de los mayas y se descubre en Hocabá y Seyé una conspiración barbachanista, de acuerdo con el jefe indígena Jacinto Pat, a Morales y Lanzos se le ordenó salir de Mérida con 300 hombres del Batallón de la Ley para combatir a los sublevados. Entonces desempeñaba el grado militar de teniente coronel. Luego se le dio el mando de todas las fuerzas que apoyaban aquella zona, llamada línea de centro. Por lo que refiere José María Valdez Acosta, en su libro A través de las centurias, Morales y Lanzos, aun cuando demostró valor en los enfrentamientos contra los indígenas, no fue muy afortunado en sus empresas, hecho que demuestra la fuerza alcanzada por los indígenas mayas en la primera etapa de la llamada Guerra de Castas. Este autor dice que cuando Morales y Lanzos llegó a Yaxcabá y se enteró de que los mayas rebeldes habían incendiado el pueblo de Tixcacaltuyú, hizo salir de inmediato una columna de 220 hombres, mientras él con otra fuerza se dirigió a Tacsibichén y cargado del botín obtenido, volvió a su campamento.

Poco después, los indios incendiaron el pueblo de Tabi. Entonces tuvo que dividir su fuerza en tres secciones y con el resto, estableció en Sotuta su cuartel general, desde el cual organizó guerrillas para perseguir al enemigo que ponía sitio a esa plaza. Sin embargo, al ver casi consumidas las provisiones, se vio obligado a abandonar esta población. En 1848, se trasladó a Tekax, al habérsele nombrado jefe de la primera división, cuyo mando tenía el coronel Eulogio Rosado y con ella se dirigió a la villa de Ticul, combatiendo por los caminos de Dzan y Oxkutzkab a los indígenas que, en grandes masas, se habían atrincherado alrededor de esa villa la tarde del 16 de abril. Se inició un reñido combate sin poder lograr ese día el retiro de los mayas. A la mañana siguiente, se iniciaron nuevamente las hostilidades. Los rebeldes habían levantado numerosas trincheras; bajo estas circunstancias, dos secciones de 250 hombres cada una a las órdenes del coronel Cetina y del capitán Ruiz, con instrucciones de Morales y Lanzos, salieron para despejar los caminos de Muna y Nohcacab. Los indígenas mayas, ante tal presión, abandonaron sus trincheras, pero no el combate, por lo que a pesar de estos esfuerzos Ticul tuvo que ser desocupada en la mañana del 27 de mayo. Al replegarse las fuerzas del gobierno, los indígenas se arrojaron sobre la línea de defensa, cundió el pánico y una parte de los soldados gubernamentales huyeron a través de las selvas; Morales y Lanzos llegó a las cuatro de la tarde a Uayalceh, con los restos de su división. Tras estos sucesos, Morales y Lanzos se estableció en Sisal donde se dedicó al comercio y residió allí, hasta que la Aduana se trasladó al nuevo puerto de Progreso. Ahí prosiguió su vida como comerciante, fundó la primera casa de comisiones y fue el primer cónsul de España.