Manzanilla Canto, Albino

Manzanilla Canto, Albino  (1841-?) Político, abogado y hacendado. Nació en Mérida, Yucatán. De humilde procedencia, ingresó en el Seminario Conciliar de San Ildefonso. Realizó estudios de derecho civil universitario, para graduarse en 1862 como bachiller en derecho, y en 1865 como abogado. Al mismo tiempo, cursó la carrera de ingeniero topógrafo, graduándose en 1863. Para sufragar sus estudios, trabajó como artesano en la confección de juguetes y zapatos y de escribiente. Inició su práctica profesional en los juzgados, litigó para pequeños negocios y para la gente pobre. Se trasladó a la ciudad de Campeche en donde, ante la invasión francesa y el establecimiento del Segundo Imperio, se afilió al bando republicano. Ofreció sus servicios en contra de los imperialistas en la Plaza Militar de Campeche y sirvió como oficial voluntario en las murallas del puerto durante el sitio que duró 22 días. En unión de sus hermanos Félix y Anastasio, tomó parte activa contra el Imperio en enero de 1867. Félix actuó bajo las órdenes directas del general Cepeda Peraza. Manzanilla sirvió como tesorero municipal y fiscal de causas militares en el cuartel general de La Mejorada, en Mérida, y al capitular la plaza el 24 de junio de 1867, fue nombrado tesorero del municipio de Mérida, cargo que ejerció hasta 1874. Tiempo después, hizo sociedad con su hermano Anastasio para la explotación de la hacienda San Francisco, situada en el partido de Temax. También incursionó en la producción y comercio de velas y aceites de sebo, estos últimos de gran consumo en Yucatán porque se usaban en las máquinas de raspar henequén. Estableció un tren de carros para el transporte de mercancías de Mérida a Progreso, así como un servicio de Bolan-koché y calecines que transportaban pasajeros a todas las poblaciones del estado. Todos estos negocios le permitieron amasar una considerable fortuna. Fundó la Logia Masónica en Mérida, donde logró el grado 30 del rito AAE, y los iniciados tuvieron que enfrentar la persecusión encarnizada de los opositores que en esa época veían la masonería como un aborto del demonio y a sus seguidores como candidatos al fuego eterno. Fue oficial mayor de la Secretaría de Gobierno, en el interinato del general Palomino; diputado por el distrito electoral de Mérida y vicepresidente de la Cámara en la correspondiente legislatura. En 1890 se retiró de la administración de Daniel Traconis por diferencias, y en marzo de 1897 fue invitado por un grupo de jóvenes liberales para encabezar la Convención Democrática Yucateca ante las próximas elecciones. El 11 de agosto de ese año se llevaron a cabo manifestaciones tumultuarias en favor y en contra de la candidatura de Francisco Cantón. Disparos por parte de la policía y guardias nacionales ocasionaron varios muertos y numerosos heridos. Manzanilla fue acusado de asesinato ya que la policía consideró que los manifestantes provocaron el conflicto. Ahí terminó su carrera política, aunque finalmente fue declarado inocente por un tribunal. Hostigado severamente durante el gobierno del general Cantón, se enfrentó al hecho de que los sirvientes de la hacienda San Francisco, de su propiedad, abandonaran su trabajo por cohecho de otros hacendados favorecidos por la administración en turno. Ante ello, Manzanilla Canto incrementó el monto de los salarios por encima del promedio de la época, lo que generó un flujo constante de jornaleros libres de los pueblos circunvecinos. Fue uno de los tres hacendados que estableció escuela dentro de la propia hacienda. Por sus contradicciones con Cantón tuvo que abandonar Mérida y refugiarse en el campo, donde se dedicó exclusivamente a la familia.