Mariposas

Mariposas  Las mariposas de la Península han sido poco estudiadas, por lo cual sólo se tiene un panorama general y superficial de la fauna de lepidópteros de esta región de México. Se sabe, sin embargo, que hay una considerable cantidad y diversidad de especies. De ellas, algunas son endémicas o sea exclusivas de la Península de Yucatán, en tanto que otras se encuentran en otras zonas de México o en todo el país. También se ha registrado la presencia de la bien conocida mariposa monarca, Danaus plexipus, que anualmente migra desde los Estados Unidos de América hacia el centro de la República Mexicana y que al parecer tiene también una ruta que la hace pasar por Cuba, Florida y la península yucateca rumbo a Belice.

Por último, hay registros de algunas especies antillanas, como Uranidia cubana, procedente de Cuba, pero se supone que su presencia no obedece a movimientos migratorios, sino que los ejemplares son arrastrados por vientos huracanados. Entre las familias de mariposas más importantes del área peninsular pueden mencionarse las siguientes: Hespiridae, que es particularmente abundante; los especialistas calculan que más de la tercera parte de las mariposas que se ven en un momento dado durante el día pertenecen a esta familia. En su gran mayoría, sin embargo, no son muy llamativas, ya que por lo común son de colores oscuros y apagados. Sólo algunas especies presentan una coloración viva de tonos metálicos. Son también en su gran mayoría de pequeño tamaño. Nymphalidae, que es también una de las familias de mariposas mexicanas con mayor cantidad y diversidad de especies, en su mayor parte pequeñas, aunque algunas de considerables dimensiones. A ella pertenecen las únicas mariposas que producen sonidos, al parecer con la base del ala, las del género Hamadryas, pertenecientes a la especie H. feronia, H. iphtime y H. amphinone, entre otras.

Papilionidae. Esta familia no es muy numerosa, pero comprende muchas especies de bella coloración y elegantes formas, algunas de ellas particularmente notables por las largas prolongaciones a manera de colas de sus alas posteriores. Muchas de las mariposas que se congregan en grandes cantidades en charcos y lugares húmedos pertenecen a esta familia. Charaxidae. En general, las especies de esta familia son de mediano tamaño y colores llamativos, como rojo, morado, amarillo, y azul, en combinaciones de especial belleza. Algunas habitan zonas selváticas y otras prefieren terrenos con menor densidad de vegetación. Las de los géneros Archaeoprepona, Prepona y Siderone son muy solicitadas por los coleccionistas. Morphidae. De esta familia hay muy pocas especies, pero entre ellas se encuentran algunas extraordinariamente bellas, como la llamada morfo azul, Morpho peleides. Por lo común las mariposas de esta familia son de considerable tamaño y vivos colores en la parte superior de las alas, en tanto que la cara inferior de las mismas presenta dibujos circulares. Son también muy buscadas por los coleccionistas.

Riodinidae. Es bastante numerosa y abarca especies de colores y diseños excepcionalmente variados, con combinaciones de amarillo, blanco, negro, rojo, naranja, verde, azul, en tonos plateados y con manchas y dibujos complicados. En su gran mayoría, empero, son de muy reducido tamaño, algunas diminutas, como las del género Calephelis, por lo cual no llaman mucho la atención. Lycaenidae. Comprende igualmente mariposas de pequeño tamaño, con una gran variedad de diseños y colores llamativos. También se caracteriza por sus bellas formas, ya que muchas presentan largas colas en las alas. Un aspecto curioso de las mariposas de esta familia es que las larvas de muchas especies viven dentro de hormigueros, en relación simbiótica con las hormigas, fenómeno que se observa igualmente en la familia Riodinidae. Lybytheidae. Esta familia resulta notable porque de ella hay en México sólo dos especies, muy parecidas, pero una de ellas se encuentra en prácticamente todo el país y casi en cualquier tipo de vegetación. Dicha especie es Lybytheana carinenta. Algunas especies de mariposas se caracterizan por su extraño aspecto, que les permite mimetizarse con la vegetación o parecer animales temibles. Un ejemplo del primer caso son las llamadas mariposas hoja, de la familia Charaxidae, que en la cara dorsal de las alas tienen vivos colores metálicos con llamativos diseños, pero la cara inferior es café apagado, con lo cual al posarse con las alas plegadas en posición vertical parece una hoja seca. Para que el engaño sea más completo, las alas de algunas especies tienen un perfil semejante al de hojas de plantas y presentan además nervaduras muy visibles.

Por su parte, las llamadas mariposas búho o tecolote del género Caligo y otros, de gran tamaño, tienen en las alas posteriores grandes círculos que a primera vista semejan los ojos de un búho o una lechuza y desconciertan a posibles depredadores.