Misceláneo (El)

Misceláneo (El)  (1813-1814) «Periódico Instructivo, Económico y Mercantil de Mérida de Yucatán». Se publicó en esta ciudad y fue el primer periódico que se imprimió en Yucatán, aunque durante mucho tiempo se consideró que lo había sido El Aristarco Universal, confusión que se originó a partir del artículo que publicó Justo Sierra O’Reilly en El Registro Yucateco en 1845, basándose en una información proporcionada por el cura José Clemente Romero, párroco de Tixkokob. Alfredo Barrera Vásquez hizo en 1937 la rectificación pertinente. El prospecto mencionado se publicó el 19 de febrero de 1813, y el primer número apareció el 1 de marzo de ese año, aunque José Toribio Medina lo atribuye equivocadamente a mayo. Al principio se publicó los lunes, miércoles y sábados de cada semana y, posteriormente, sólo los miércoles y sábados, al aumentar su tamaño y el número de sus páginas. Reprodujo las actas de las sesiones de las Cortes de Cádiz, así como algunos de los decretos, reglamentos y otras disposiciones que emitió ese cuerpo parlamentario. Así, divulgó, por ejemplo, el decreto que consagró la libertad de imprenta en los dominios de España, y el que estableció cátedras de economía civil en todas las universidades de la monarquía española. Reprodujo un escrito en el que su autor, quien seguramente era Lorenzo de Zavala, a juzgar por las iniciales con que lo firmó, criticó la intervención del capitán general de la provincia en los juicios civiles y criminales, ya que esas atribuciones no correspondían a su cargo. Publicó numerosos remitidos, algunos de ellos firmados con los nombres auténticos de las personas que los presentaron, aunque en su mayoría aparecieron suscritos con seudónimos, como «El Amante de la Constitución», «El Liberal Decidido», «El Ajustador de Cuentas», «El Duende», «El Amante de la Justicia», «El Rutinero» y otros. Incluyó una paráfrasis de la oración cristiana denominada «El credo», que adaptó a las condiciones políticas de esos días. Además de sus números habituales, difundió «alcances» y «suplementos» que se agregaron a aquéllos. Tuvo agentes de suscripción en Veracruz y Tabasco. Se editó en la imprenta de José Francisco Bates. Su publicación se suspendió definitivamente al suprimirse la libertad de imprenta con el restablecimiento del régimen absolutista.