Metnal

Metnal  «La tierra de los muertos» o inframundo. Según Eric S. Thompson, en su libro Historia y religión de los mayas, este término deriva de Mictlán, palabra náhuatl. Este autor dice, además, que para algunos mayas de tierras bajas era Xibalbá, denominación que se encuentra también en el Popol Vuh, y que se creía que esta tierra se hallaba situada en el más profundo de los nueve submundos. El camino al Metnal era largo y peligroso. Los chamulas-tzotziles llaman al inframundo Olontic, que significa; hasta abajo, y según antiguas costumbres, ponen con el muerto un par de zapatos nuevos para el viaje que tiene que emprender. Para llegar al Metnal hay que pasar tres portones y cruzar un lago con ayuda de perros. Thompson señala que la creencia de que los perros ayudan a pasar el agua, estaba difundida desde el valle de México hasta el centro de Honduras y sobrevive entre otros grupos tzotziles, los tzeltales y los lacandones. Landa escribió que los malvados iban al Metnal, donde los atormentaban, y los buenos al paraíso. Estas observaciones las basó seguramente en sus patrones religiosos de infierno y paraíso cristianos.

Por otra parte, en el Diccionario de mitología y religión de Mesoamérica, 1991, de Yolotl González Torres, se describe al Metnal como un lugar que se encontraba dentro de la tierra al que iban, generalmente, la mayoría de los muertos. Esta fuente refiere que para llegar a este sitio había que pasar por un difícil camino y se necesitaba de la ayuda de un perro. En el Popol Vuh se encuentran datos relativos al Metnal, llamado Xibalbá, y señala que su entrada estaba en Carchá, un pueblo cercano a Cobá en Guatemala. Según el Popol Vuh, el camino al inframundo estaba lleno de dificultades: era necesario bajar unas escaleras muy inclinadas, cruzar un río de rápida corriente que corre entre dos árboles de jícara muy espinosos, otro río de podre, otro más de sangre y por último uno de agua que está entre dos barrancos. Después se llega a un sitio en donde cruzan cuatro caminos: negro, rojo, blanco y amarillo. El primero es el que lleva a Xibalbá. Aquí hay una sala de consejo en donde se encuentran los asientos de los 12 dioses o señores del inframundo y otro más de piedra ardiente que quema al que se sienta en él. Hay, además, un jardín con aves y flores propias del inframundo que pertenece a los jueces supremos Hun-Camé, uno muerto, y Vucub-Camé, siete muerte; este último viene también un juego de pelota. Hay además una fuente de la que brota un río y seis casas llamadas lugares de tormento. En el interior de la casa oscura sólo había niebla; dentro de la casa donde tiritaban, soplaba un viento frío e insoportable; las otras casas eran, una de los tigres y la otra de los murciélagos en donde éstos atacaban; la de las navajas en donde éstas volaban cortando, y la del fuego que era una especie de horno. Además de Hun-Camé y Vucub-Camé, existían los otros dioses que habitaban el inframundo, casi todos ellos causantes de enfermedades. Eran: Xiquiripat, lazo corredizo, y Cuchumatic, jefe de sangre, que causaban derrames de sangre entre los hombres; Ixquic, que era hija de Cuchumatic y la madre de Hunahpú y de Xbalanqué; Ahalpuch, productor de pus, Ahalganá, productora de bilis; Chamiabac, báculo de hueso, y Chamiaholom, báculo de cráneo; los alguaciles de Xibalbá como su nombre lo indica llevaban báculos de hueso y enflaquecían a los hombres hasta producirles la muerte; Ahalmez, productor de suciedad y Ahaltocob, productor de heridas, que ocasionaban desgracias a los hombres, generalmente cerca de sus casas, dejándolos muertos boca arriba. También existe la referencia de otros dioses de la muerte como: los nueve dioses o Bolon Ti Ku, que siempre estaban en lucha contra los Oxlahun Ti Ku o 13 dioses celestes; Kisin o Ah Puch y Hunhau o Hun Ahau, al que se asocia con la oscuridad. El inframundo o Metnal de los mayas era un lugar de enfermedades y olores nauseabundos, cuyos habitantes llevaban adornos de ojos de muertos en lugar de jade, y su símbolo especial es parecido al que utilizamos de porcentaje.