Misioneras de Maryknoll

Misioneras de Maryknoll  Llegaron a Mérida, Yucatán, en 1950, para establecer un noviciado por invitación del arzobispo Fernando Ruiz Solórzano quien viajó a Nueva York con Eduardo Koechel, superior en Yucatán de las Misioneras de Maryknoll, con ese fin. Ante la imposibilidad de abrir de inmediato el noviciado, decidieron abrir un colegio de niñas que denominaron Rogers Hall. El objetivo era que ellas conocieran mejor a la juventud yucateca y de acuerdo con la realidad cultivar vocaciones religiosas. En 1956, Ruiz Solórzano bendijo la casa del noviciado e impuso la medalla a las dos primeras postuladas yucatecas. Esta congregación se dedicó al apostolado en hospitales y clínicas de la ciudad y del campo y en centros de catequesis. La fundadora de esta nueva pía unión fue María Elvira Selgas. Durante algunos años ayudaron económicamente a la recién formada comunidad que trabajaba en Peto, Tzucacab y Homún. Actualmente se ocupan en Mérida de la pastoral parroquial y se encuentran en Chuburná. La creadora de esta congregación de religiosas fue la madre María José Rogers en Nueva York. Para apoyar su acción apostólica, intervinieron los fundadores de Maryknoll, el obispo A. Walsh y el reverendo padre Thomas Price. Recibió la aprobación canónica el 14 de febrero de 1920 y la aprobación pontificia el 12 de diciembre de 1954; quedó bajo la autoridad de la Sagrada Congregación de la Propagación de la Fe.