Mesoamérica

Mesoamérica  La terminología empleada para diferenciar las distintas áreas de América, aunque apropiadas para otros fines como los geográficos, políticos, climatológicos, etcétera, no satisfacía las necesidades que desde el punto de vista cultural se presentaban a los antropólogos e historiadores. Paul Kirchoff (1900-1972) propuso el término Mesoamérica y lo sustentó en 1943, en Acta Americana, Vol. 1, número 1. Las distintas culturas americanas forman varias unidades donde, a pesar de sus diferencias internas, predominan características que, a su vez, las diferencian de las demás unidades. Así, México y Centro América difieren tanto de las culturas norteamericanas como sudamericanas. Así se definen los conceptos de superárea como lo es Mesoamérica, que se subdividen en subáreas. Esta superárea, tanto como las subáreas que la componen, sufrió durante la historia una modificación de sus límites o fronteras y de su composición que, en el momento de la Conquista, agrupaba las subdivisiones siguientes: 1.- Tribus que hablan idiomas hasta ahora no clasificados, como tarascos, cuitlatecos, lenca, etcétera. 2.- Todas las tribus de las familias lingüísticas maya, zoque y totonaca. Según ciertos investigadores, los idiomas de estas tres familias, a los que posiblemente hay que agregar el huaye, forman un grupo que podríamos llamar zoque-maya o macroma-yense. 3.- Todas las tribus, menos dos, de las familias otomí-chochopopoloca y mixteca que parecen formar, junto con la familia chorotiga-mangne, un grupo llamado otomangue, y todas las tribus de la familia trique, zapoteca y chinanteca que otros consideran emparentadas con el grupo anterior, formando un gran grupo llamado macrootomangue. 4.- Todas las tribus de la familia nahua y una serie de otras tribus de filiación yuto-azteca, entre ellos los cora y huichol, cuya agrupación en familias todavía no es definitiva. 5.- Todas las tribus de las familias tlapaneca-subtiaba y tequisteca que pertenecen al grupo hokano de Sapir.

El análisis de la composición étnica de las cinco divisiones de Mesoamérica en el momento de la Conquista, demuestra lo siguiente: A.- De todas las familias lingüísticas que forman parte de Mesoamérica, sólo una, la otomí, tiene algunos miembros (los pame y jonaz que tal vez sean subdivisiones de una sola tribu) que no pertenecen a este conjunto cultural. B.- Dos grupos lingüísticos, formados por algunas de estas familias, el zoque-maya y el macrootomangue, en caso de que su existencia quede comprobada, quedarían en su totalidad dentro de Mesoamérica. C.- Tribus de estos dos grupos y también de la familia nahua, llegan probablemente como resultado de migraciones hasta los últimos límites geográficos de Mesoamérica, tanto en el Norte como en el Sur. Todo esto demuestra la realidad de Mesoamérica como una región cuyos habitantes, tanto los inmigrantes muy antiguos como los relativamente recientes, se vieron unidos por una historia común, que los enfrentó como un conjunto a otras tribus del Continente, quedando sus movimientos migratorios confinados por regla general dentro de sus límites geográficos una vez entrados en la órbita de Mesoamérica. Lo que se puede afirmar, es que la frontera norte de Mesoamérica (que va más o menos desde el río Pánuco al Sinaloa, pasando por el Lerma), se distinguió de la frontera sur (que va más o menos desde la desembocadura del río Motagua hasta el golfo de Nicoya, pasando por el lago de Nicaragua) por un grado mucho mayor de movilidad e inseguridad, alternando en ella épocas de expansión hccia el Norte, con otras de retracción hacia el Sur. Estas últimas se deben en parte a invasiones de grupos de cultura más baja situados al norte de Mesoamérica.

Para establecer los límites de Mesoamérica, se clasificaron los elementos culturales en tres grupos: 1.- Elementos exclusiva o al menos típicamente mesoamericanos. 2.- Elementos comunes a Mesoamérica y a otras superáreas culturales de América. 3.- Elementos significativos por su ausencia en Mesoamérica. Al primer grupo pertenecen: bastón plantador de cierta forma (coa), construcción de huertas ganando terreno a los lagos (chinampas), cultivo de chía y su uso para bebida y para aceite de dar lustre a pinturas, cultivo de maguey para aguamiel, arrope, pulque y papel, cultivo de cacao, molienda de maíz cocido con ceniza o cal. Balas de barro para cerbatanas, bezotes y otras chucherías de barro, pulimento de la obsidiana, espejos de pirita, tubos de cobre para horadar piedras, uso de pelo de conejo para decorar tejidos, espadas de palo con hojas de pedernal u obsidiana en los bordes, corseletes estofados de algodón, escudos con dos manijas. Turbantes, sandalias con talones, vestidos completos de una pieza para guerreros. Pirámides escalonadas, pisos de estuco, patios con anillos para el juego de pelota. Escritura jeroglífica, signos para números y valor relativo de éstos según su posición, libros plegados estilo biombo, anales históricos y mapas. Año de 18 meses de 20 días más 5 días adicionales, combinación de 20 signos y 13 números para formar un período de 260 días; combinación de los dos períodos anteriores para formar un ciclo de 52 años, fiestas al final de ciertos períodos, días de buen o mal agüero, personas llamadas según el día de su nacimiento. Uso ritual de papel y hule, sacrificio de codornices, ciertas formas de sacrificios humanos (quemar hombres vivos, bailar usando como vestido la piel de la víctima), ciertas formas de autosacrificio, juego del volador, 13 como número ritual, una serie de deidades, concepto de varios ultramundos y de un viaje difícil a ellos, beber el agua en que se lavó el pariente muerto. Mercados especializados o subdivididos según especialidades, mercaderes que son a la vez espías, órdenes militares (caballeros, águilas y tigres), guerras para conseguir víctimas para el sacrificio. Al segundo grupo, de los elementos comunes a Mesoamérica y a otras superáreas culturales de América (sin mencionar estas superáreas): cerámica, cultivo del maíz, frijol, calabaza, patata, yuca dulce, chile (ají), piña, aguacate, zapote, variedades de ciruela o jobos (Spondia), sacrificio humano, cerbatana, trofeo de cabezas, canibalismo, confesión, construcción de piedra o barro, sandalias, cultivo de algodón, terrazas para cultivo, puentes colgantes, balsas de calabazas, perro mudo cebado, pato, escudos entretejidos, picas, metalurgia, calzadas empedradas, mercados, clanes de tipo calpulli-ayllu, sacar corazón a hombres vivos, rociar santuarios con carne de víctimas sacrificadas, aventador de cestería, platones planos de barro para cocer pan (comal), juego con pelotas de hule que no se pueden tocar con la mano, tambor de madera con lengüetas, horno subterráneo y baño de vapor. Finalmente, al último grupo pertenecen aquellos elementos significativos por su ausencia en Mesoamérica: adorno del borde de la oreja, clanes matrilineales, beber los huesos molidos de parientes muertos, armas envenenadas, cultivo de la coca, cultivo de palmeras.