Música maya

Música maya  Entre las manifestaciones culturales mayas, la música es la menos conocida. Los españoles no dejaron ninguna notación escrita de ella. Sin embargo, sobrevivió un fragmento melódico llamado Los xtoles, que fue estudiado por el musicógrafo Jerónimo Baqueiro Foster y el profesor Daniel Ayala Pérez, quienes concluyeron que es autóctono maya, basado en la escala pentafónica del tipo A, sin semitonos, con las notas sol índice 5, la, si, re y mi; escala que se ha comprobado es muy antigua, difudiéndose desde el suroeste de Estados Unidos de América hasta la Patagonia; su extraña dulzura, austera y noble, se debe a la carencia de semitonos, y la tristeza a las notas largas que determinan sus períodos. En esta apreciación de melancolía están de acuerdo los cronistas que la escucharon a raíz de la Conquista. Aunque la melancolía era poco variada, el ritmo se adaptaba a sus fines, habiendo así, música instrumental para danzas y ritos religiosos, militares y civiles; dentro de esta última se realizaban varios bailes que ejecutaban ciertos grupos como agricultores, cazadores, pescadores, apicultores, médicos, etcétera. Hubo también música vocal para cantos religiosos y de entretenimiento. Los instrumentos fueron muy variados (Véase: Instrumentos musicales mayas), y están representados en los Códices. Se dice que un personaje llamado Aj Kin Xok gozó de fama por haber sido un gran músico y cantor; en los primeros tiempos coloniales, en las festividades de las iglesias, lo relativo a música y cantos en que participaban los indígenas, quedaba a cargo del «jolpop» o maestro cantor principal. Todas las fiestas y los actos públicos de los mayas iban casi siempre acompañados con música. El instrumento dominante era el tunkul, palabra que se ha intentado traducir al español por tambor, atabal, címbalo o timbal; pero que no tiene semejanza con ningún otro del antiguo mundo. Las mujeres no concurrían a los bailes sagrados y quizá tampoco a los profanos. Entre los últimos había uno llamado colonché que, según Landa, era una especie de juego de cañas.