Massaguer Díaz, Conrado Walter

Massaguer Díaz, Conrado Walter  (1889-1965) Caricaturista y periodista. Nació en Cárdenas, Cuba, y murió en La Habana, Cuba. Llegó a Yucatán en 1896, cuando su padre Pablo Massaguer se exilió en Mérida con toda su familia. En 1902, fue enviado a estudiar a la Academia Militar de Nueva York donde permaneció hasta 1905. Después de una corta estancia en Cuba, retornó a Mérida en 1907. Se inició como profesional en Yucatán al ofrecérsele una plaza de caricaturista en el bisemanario de los hermanos Río, La Campana e inició su sección «Gente de casa», en la que caricaturizaba con humor y sátira a los más connotados yucatecos de entonces. Luego colaboró en La Revista de Mérida, el Diario Yucateco, Artes y Letras, La Arcadia, Frou Frou, Revista de Yucatán y Diario de Yucatán. En 1908, retornó a Cuba donde al año siguiente ilustró las crónicas deportivas que Víctor Muñoz escribía para el diario El Mundo. En 1911 colaboró en Cuba y América, Letras y El Fígaro. En 1913 editó la revista Gráfico que dirigió hasta 1915.

En 1916, fundó la revista Social y en 1919, con su hermano Óscar, publicó la revista Carteles. En 1922, reunió una selección de sus trabajos en un álbum titulado Guignol. Vivió varios años en Estados Unidos de América donde colaboró para Vanity Fair, The New Yorker, American Magazine, Collier’s y decoró las oficinas del King Feature Syndicate. En 1929, viajó a Francia y expuso con éxito, en la Galería Charpentier de París, 50 caricaturas. En Ginebra realizó en la Liga de las Naciones una serie de caricaturas encomendadas por el King Feature Syndicate. En 1930 regresó a La Habana y editó la revista turística Havana. Ese mismo año publicó en la revista Carteles, caricaturas políticas. De nuevo en Nueva York se le presentó la oportunidad de que su caricatura sobre Charles Chaplin fuese la primera transmitida por medio de la televisión. En 1934, de nuevo en Cuba, se dedicó a su actividad profesional. En 1945, trabajó para el periódico Información como redactor y caricaturista, el que abandonó para escribir en El Mundo, su columna de comentarios y caricaturizar a personalidades nacionales y extranjeros de aquella época. En 1957, aparecen los primeros síntomas de la enfermedad que lo mantuvo retirado hasta su muerte.