Museos Desde mediados del siglo XIX, la inquietud cultural en Yucatán se dirigió también a la conservación de las obras materiales elaboradas en los varios períodos en su historia, desde la época prehispánica hasta la actual. Este acervo, enriquecido constantemente, se conserva tanto en algunas colecciones privadas como en instituciones oficiales, que se han multiplicado y especializado. Para exponer este tema se han clasificado los museos en tres grupos: oficiales, privados y foráneos. En el primer grupo, por orden cronológico, se describirá los ubicados en Mérida; en el segundo grupo, también de Mérida, se mencionarán por orden alfabético los nombres de los museos privados y para el tercer grupo, en orden alfabético, los nombres de las poblaciones con museos.
Museos oficiales. 1864. Arqueológico. El primero de junio de ese año se expidió el decreto para la fundación de un museo, pero no se cumplió. Dos años después, el tres de junio de 1866, se expidió otro decreto para fundar un museo de arqueología y artes denominado Museo Yucateco. La junta directiva estaba presidida por Domingo Bureau, comisario imperial en Yucatán, como vocales propietarios los señores Fabián Carrillo Suaste, Pedro de Regil Peón, presbítero Crescencio Carrillo y Ancona, ingeniero David Casares y el artista Gabriel V. Gahona «Picheta» y vocales suplentes José D. Rivero F., José D. Espinosa y el historiador Gerónimo del Castillo. Tampoco pudo realizarse nada pues el gobierno imperial estaba próximo a desaparecer.
Restituido el gobierno republicano, en 1869, el gobernador Manuel Cirerol convino con el presbítero Carrillo en fundar el museo con base en su colección, por lo que el 28 de enero de 1870 se le nombró director; el 6 de mayo de 1870 se expidió el decreto de fundación y el 16 de septiembre de 1871 se inauguró en un departamento de la planta baja del Instituto Literario, sobre la calle 60. Constaba de dos secciones: una de arqueología y bibliografía y otra de historia natural y artes. A la colección de Carrillo se agregó una parte de la colección del presbítero Leandro Camacho, de Campeche, que donó en 1870. El acervo del museo se incrementó con envíos hechos por orden de 14 de febrero de 1870 a los jefes políticos, y por reglamento de 23 de mayo de 1870 y orden del 27 de noviembre de 1886 se dispuso que se instalaran juntas en cada cabecera de partido para la búsqueda y remisión de objetos de interés. El 11 de enero de 1874, Carrillo y Ancona dejó la dirección siendo sustituido por Juan Peón Contreras. Por decreto de 19 de agosto de 1887, el museo pasó a depender del Instituto Literario, pero en 1908 se instaló en el predio núm. 499-A de la calle 50; en 1915 se incautó la iglesia de Santa Lucía y se trasladó ahí; luego, en 1922, quedó en el predio núm. 646 de la calle 59, que había sido sede de la Escuela de Medicina, junto al parque del Centenario, y en 1923 se instaló provisionalmente en una sección del Ateneo Peninsular, mientras se acondicionaba otro local.
Entre sus directores se contaron posteriormente José Ávila, Agustín Cáceres, Miguel Gamboa, Alfredo Zavala Castillo, Domingo Reyes y Ricardo Mimenza Castillo. El 25 de enero de 1923 el gobernador Felipe Carrillo Puerto dictó un acuerdo para la reorganización del museo y encomendó esto a Luis Rosado Vega; se escogió, para instalarlo, el céntrico pero antiguo local que había sido hospital y convento de San Juan de Dios, con su iglesia anexa, en la esquina de las calles 61 y 58. Los trabajos de remozamiento se iniciaron en mayo de 1923; se interrumpieron en 1924 con la muerte de Felipe Carrillo Puerto, pero el 3 de enero de 1925 se inauguró con el nuevo nombre de Museo Arqueológico e Histórico de Yucatán. Constaba de tres secciones; la de prehistoria, con 5 salas que contenían piezas múltiples de la cultura maya y una sala de códices y manuscritos; la colonial, con 5 salas, y la moderna, con objetos pertenecientes a la época comprendida a partir de la Independencia.
En la azotea del edificio había una torre de acero que servía para observaciones meteorológicas y en el pequeño jardín frente a la entrada había, a un lado, una fuente con el busto del arqueólogo Teobert Maler; el edificio era propiedad de Víctor Suárez. En 1937 fue nombrado director el antropólogo Alfredo Barrera Vásquez, quien escribió un estudio crítico del museo y procedió a su reorganización utilizando museografía científica, moderna y funcional; además fundó en 1938, como anexa, la Biblioteca Carrillo y Ancona. Por acuerdo del gobierno estatal de fecha 11 de septiembre de 1941 el museo se convirtió en Instituto de Etnografía, Historia y Bibliografía de Yucatán; por decreto de 22 de diciembre de ese año pasó a depender de la Universidad de Yucatán, pero en enero de 1944 volvió a depender del poder ejecutivo y se nombró director al profesor Antonio Canto López. Posteriormente las piezas arqueológicas pasaron a depender del Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero quedaron en el mismo edificio, designándose a esta área con el nombre de Museo Federal. Todo el resto del material constituyó el Museo Histórico, dividido en: sección colonial, sala de yucatecos ilustres, sala del Imperio, sala de la Revolución, colección numismática y sala de material etnográfico, que contenía cosas relativas a la Guerra de Castas, el henequén y diversas.
En 1959 el museo tuvo que ser desalojado a toda prisa por exigencia legal de los nuevos dueños del predio, señores Canto Morell, que procedieron a su inmediata demolición. Las piezas arqueológicas y piedras labradas fueron encerradas en el templo de San Juan de Dios, que no fue demolido por ser propiedad de la nación. Todo lo demás fue amontonado en una vieja bodega de henequén de la colonia México y en una sala de la Penitenciaría Juárez. El 16 de diciembre de 1959, el presidente de la República, licenciado Adolfo López Mateos, inauguró solemnemente el Museo de Arqueología de Yucatán, dependiente del INAH, instalado en los sótanos del Palacio Cantón; fue montado por el museógrafo Luis Covarrubias y nombrado director el mismo profesor Canto López. Los otros pisos de este edificio lo ocuparon las oficinas y otras dependencias del Instituto Yucateco de Antropología e Historia, planeado y organizado por el antropólogo Fernando Cámara Barbachano y del cual quedó como director Alfredo Barrera Vásquez. En 1973 desapareció el Instituto, siendo reemplazado por el Centro Regional del Sureste del INAH, bajo la dirección del arqueólogo Norberto Gonzalez Crespo. En 1975, al ser demolida la bodega de la colonia México, una parte de las piezas históricas se entregaron al Centro Regional y quedaron en las bodegas del museo en el Palacio Cantón y otra, la mayor, se depositó en la Penitenciaría. En febrero de 1976 falleció el profesor Canto López y ocupó el despacho la subdirectora, antropóloga Míriam Beatriz Ríos Meneses. En 1977, el gobierno estatal firmó un convenio por el cual se entregaron las colecciones históricas al Centro Regional Sureste del INAH para su custodia y restauración, por lo que se sacaron de la penitenciaría y la mayor parte pasó a las bodegas del Palacio Cantón y con la otra parte se montó, siguiendo un guión elaborado por el doctor Román Piña Chan, el Museo Histórico en el ex cuartel de San Sebastián, inaugurado oficialmente el 13 de septiembre de 1978. Mientras tanto, se restauró totalmente el Palacio Cantón y desde 1980 se fueron instalando las piezas arqueológicas en el primer piso, pues el segundo se destinó a exposiciones temporales, auditorio y oficinas administrativas. En el sótano permaneció todo lo demás. Con el nombre de Museo Regional de Antropología fue inaugurado en noviembre de 1981 por el presidente José López Portillo. En 1989, se arreglaron algunas crujías de la ex Penitenciaría para instalar nuevamente un museo histórico, pero el proyecto fue cancelado.
Museo de Anatomía Patológica, 1907. Fue iniciado en esa fecha por el doctor Harald Seidelin, jefe de los laboratorios del Hospital O’Horán, quien destinó para ello una sala. Los frascos y cajas de cristal se trajeron de Alemania; las piezas anatómicas provenían de los servicios de cirugía y las laminillas con frotis eran las elaboradas en el laboratorio. Después de ausentarse Seidelin en 1912, la colección aumentó por el esfuerzo de los doctores Diego Hernández Fajardo e Hircano Ayuso. En 1914 se le puso el nombre de Museo Seidelin. Unos años después, en 1918, la colección tenia más de 400 piezas grandes y miles de laminillas, que sirvieron a médicos y estudiantes de medicina, pues dicho museo no estaba abierto al público. Con el transcurso del tiempo el número de piezas fue disminuyendo y en 1948 lo poco que aún quedaba era solamente un montón de basura.
Museo de Monolitos, 1976. En el ex templo de San Juan de Dios y bajo la dirección del arquitecto Enrique Manero Peón, el Centro Regional del INAH instaló un pequeño museo con piezas prehispánicas y algunas coloniales. En 1989 se trasladaron varias a la ex penitenciaría con objeto de montar ahí otro museo, pero al clausurarse éste en 1990 volvieron unas al ex templo de San Juan de Dios, que ya era el Museo de la Ciudad desde 1986, y otras al Museo Regional en el Palacio Cantón.
Museo de Arte Popular, 1980. Se creó el 17 de diciembre de ese año mediante convenio entre los gobiernos federal y estatal; se instaló en un edificio ubicado detrás de la iglesia de Mejorada, calle 59 entre 50 y 48. Se designó directora a la profesora Ady Rosa Cuaik Abdelhur. Con ayuda del INI y del Museo Nacional de Artes Populares se consiguieron artículos de muchas partes de la República, que se exhiben en la planta alta pues la planta baja se dejó en exclusiva al Estado de Yucatán, con un taller artesanal anexo.
Pinacoteca Juan Gamboa Guzmán, 1981. Se inauguró el 29 de julio de ese año en el local que había sido durante muchos años sede de la Biblioteca Cepeda Peraza en la calle 59 frente al parque Hidalgo. Se concentraron ahí 42 obras pictóricas que formaban parte del antiguo Museo Arqueológico e Histórico de Yucatán, que incluye retratos de gobernadores, de jefes militares, de personas notables y pinturas religiosas. En diciembre del mismo año se inauguró una sala anexa dedicada al escultor Enrique Gottdiener en la que se exhibían 37 obras escultóricas de dicho autor. En 1985 se remodeló y amplió el local y se nombró directora del museo a la maestra Leticia Rozo Krauss.
Museo de la Ciudad, 1986. Con algunas piezas arqueológicas que quedaron del Museo de Monolitos ya mencionado y otras históricas rescatadas de las bodegas del INAH, en el mismo local del ex templo de San Juan de Dios, se instaló el Museo de la Ciudad el año anotado, que quedó a cargo del Ayuntamiento de Mérida. En 1990 el INAH restauró el edificio; se recibieron algunas piezas del clausurado museo de la ex penitenciaría, se nombró responsable a Raúl Amílcar Aguilar Albornoz y se efectuó un nuevo acomodo de las piezas. A fines de 1994 se realizó una reestructuración completa, agregándose gran número de piezas provenientes de las bodegas del INAH en el Palacio Cantón y otras fueron dadas en comodato por particulares. Se designó director a Orlando Vega Carrillo y se efectuó la reinaguración el 7 de enero de 1995. Con técnica museográfica moderna, se dispuso todo en tres secciones: prehispánica, colonial y época del oro verde.
Museo de Historia Natural, 1988. Dependiente del Ayuntamiento de Mérida, se instaló esta institución en el conocido edificio de la calle 59 núm. 680, esquina con 84, junto al parque del Centenario, siendo su responsable Ileana Margarita Sosa Luna. Contaba con las salas del universo, orígenes de la vida, evolución y de biogeografía. En 1995 se remozó el edificio y se montaron las salas con más y nuevos materiales, quedando bajo la dirección de José Alejandro Kim. La nueva distribución de salas es la siguiente: del universo, que incluye una reproducción de la luna accionada por un sistema electrónico para mostrar sus fases; de la Era Paleozoica, con una sección de geología; de la Era Mesozoica, que contiene una reproducción del tiranosaurio dotado de movimiento y lo relativo al cráter de Chicxulub; de la Era Cenozoica, con la evolución de la especie humana. Hay también salas de conciencia ecológica, siendo muy interesante la de selva media, dotada de luz y sonido, con un cenote y plantas y animales de la región y la del arrecife de alacranes. Cuenta con sala de audio y vídeo, con aire acondicionado y capacidad para 40 personas. Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán (MACAY), 1993. En abril de ese año se inauguró este museo que ocupa el edificio antes denominado El Ateneo, ubicado en la calle 60 con Pasaje de la Revolución, al costado sur de la Catedral. Cuenta con 14 salas de exhibición y auditorio. Su director es el licenciado Miguel Alfonso Madrid Jaime. Además de las exposiciones fijas de autores nacionales y locales, hay ciclos de exposiciones temporales de variados autores, así como de conferencias culturales.
Museos privados.
Colección Camacho. En 1850, los presbíteros Leandro y José María Camacho, en la ciudad de Campeche, habrían recopilado muchas y diversas piezas, unas mayas y otras coloniales, con las que formaron un museo privado, aunque el público tenía acceso a él. Hicieron gestiones para obtener ayuda económica y fundar el primer museo público; al no obtener esa ayuda, se desilusionaron y regalaron casi todo a visitantes extranjeros. Sin embargo, siguieron recopilando piezas que en 1870 donaron al presbítero Crescencio Carrillo y Ancona, que estaba organizando el Museo Yucateco.
Colección Carrillo y Ancona. El presbítero Crescencio Carrillo y Ancona, desde 1855 se interesó por hacer acopio de piezas arqueológicas y diversos objetos interesantes, así como de valiosos e importantes manuscritos. Esta colección, que constaba de 194 piezas, por la cual el gobierno le prometió dos 1,000 pesos que nunca le pagaron, fue la base para constituir el Museo Yucateco, anteriormente mencionado, del que fue director, de 1870 a 1874. Al separarse de la dirección y en vista de que no le habían pagado, se llevó consigo los libros de Chilam Balam de Chumayel, Kaua, Ixil y Tizimín. A su muerte, pasaron a manos de su albacea, licenciado José Dolores Rivero Figueroa y luego a las del señor Arturo Gamboa Guzmán; en 1915 el gobernador, general Salvador Alvarado, los incautó, depositándolos en la Biblioteca Cepeda Peraza, de la que no tardaron en desaparecer. Los libros de Chilam Balam de Ixil y Tizimín fueron donados al Museo Nacional en 1928 y 1929 respectivamente por la señorita Laura Temple. Actualmente se encuentra en la Sección de Testimonios Pictográficos de la Biblioteca Nacional de Antropologia e Historia.
Historia de la Aviación. El señor Rosado Espínola, desde hace varios años, se dedicó a compilar todo lo relacionado a la aviación en Yucatán, teniendo en su domicilio una gran cantidad de datos, textos y fotografías que ocasionalmente también ha exhibido en público. Su libro Historia de la aviación en Yucatán es básico. (Véase: Aviación).
Instrumentos Musicales. Desde 1974, el antropólogo y musicólogo Alejandro Alcocer Alvirde se dedicó a rescatar la tradición musical aborigen, principalmente de México, pero también de otros países de América y del Viejo Mundo. Llegó a Mérida en abril de 1989 para ocuparse de la Dirección de Investigación en Música del Instituto de Cultura de Yucatán, instalando en su domicilio la colección, que en 1992 era llamada Casa-Museo de Instrumentos Musicales Indígenas, constando de 420 instrumentos musicales y gran número de filmaciones y grabaciones relativas a esta expresión estética. En lo relativo al pueblo maya, contenía tunkules, zacatanes, silbatos, flautas, tambor de agua con jícaras, sonajas, conchas de tortugas y de armadillo, etcétera. Realizó una exhibición pública de su colección en el Teatro Peón Contreras, además de ilustrar sus conferencias con parte de sus materiales. Por falta de apoyo cerró sus puertas.
Museo de la Canción Yucateca. En 1978 fue concebido por la señora Rosario Cáceres Baqueiro, quien reunió a varias personas y el 5 de noviembre de 1978 se firmó el acta constitutiva de la sociedad civil. En los primeros años se efectuó un homenaje a Jesús «Chucho» Herrera; otro a José «Pepe» Domínguez, en la hacienda Chichí Suárez; una fiesta en el casino de la Ciudad de México, que produjo fondos para encargar al pintor Alonso Gutiérrez Espinosa los primeros 16 retratos al óleo; además, se comenzó a solicitar objetos que completaran el acervo. Durante años se estuvo buscando local para instalar el museo, hasta que el 13 de diciembre de 1988 se firmó un convenio con el gobierno estatal para instalarlo en la Casa de la Cultura (calles 63 con 66), dirigida por el profesor Luis Pérez Sabido. La inauguración se realizó el 18 de noviembre de 1989. En 1944 contaba con las siguientes salas: «Los pioneros», «Seguidores de la trova tradicional», «Los tres grandes de la canción yucateca», «Los poetas», «Yucatecos en la canción romántica de México», «La mujer en la canción yucateca» y «Yucatecos en la canción contemporánea». La presidencia de la sociedad ha sido desempeñada por la señora Cáceres de Manzanilla (1978-1984); Sergio Esquivel Cortés (1985); ingeniero Jorge Esquivel Barrera (1986-1990), y María Elena Montes de Oca desde 1991.
Rómulo Rozo. Una gran parte de las obras de este distinguido escultor colombiano, autor del grandioso Monumento a la Patria levantado en Mérida, fue reunida por su hija Leticia Rozo Krauss, quien la conserva en forma privada. Durante algún tiempo esta colección fue exhibida en el Museo de Antropología.
Museo de Numismática. En 1994, el señor Carlos Villamil, siendo poseedor de una extensa colección que incluía monedas y billetes oficiales, así como de signos de cambio metálicos propios de algunas haciendas henequeneras, montó en forma muy adecuada este pequeño museo en una casa particular de la calle 60 con 53, cerca del parque de Santa Lucía, pero lo clausuró a mediados de 1997 por falta de apoyo.
Poblaciones y sitios con museos. En este rubro se hace una división: la de museos comunitarios y la de sitios arqueológicos con museos.
Museos comunitarios. A mediados de 1991 se elaboró en el INAH un proyecto para establecer estos museos, lo cual quedó a cargo de la antropóloga María Elena Peraza. En noviembre de ese año se envió a México a cinco maestros para adiestrarlos como promotores. En agosto de 1996 se impartió en Tahdziú el segundo curso estatal de capacitación para promotores de museos comunitarios y se integró la Unión de Museos Comunitarios en Yucatán, presidida por el antropólogo Juan Fermín Santos Cortés. El objetivo es tener un escaparate de las expresiones culturales de un pueblo y en lo posible contar con talleres de elaboración de artículos propios de la localidad y región.
Akil. Inaugurado en septiembre de 1992; el museo posee una muestra arqueológica y de vivienda tradicional. Conkal. Próximo a instalarse en el ex convento.
Espita. El profesor Prudencio Patrón Peniche, de su propio peculio y con mucho esfuerzo, organizó un Museo Pedagógico que donó a las autoridades y fue inaugurado el 27 de abril de 1947; en el local había biblioteca, sala de lectura, sala de conferencias y galería expositiva.
Hunucmá. Fue el primer museo comunitario, pues comenzó a funcionar el 6 de julio de 1992 con una exposición sobre la historia del calzado en Yucatán, a lo cual se agregarían exposiciones de artesanías, labores manuales, tradiciones y costumbres de los habitantes de esta zona.
Izamal. Contiene una muestra representativa de las tres etapas históricas de la población, a partir del período prehispánico.
Maní. Instalado en el ex convento de San Miguel de Arcángel, fue inaugurado el 13 de julio de 1992 con una exposición inicial de 150 objetos entre prehispánicos y coloniales.
Motul. En la casa donde vivió Felipe Carrillo Puerto se inauguró el 8 de noviembre de 1975 un museo con sus pertenencias, principales documentos oficiales, cartas y fotografías en torno de su vida política y social, conteniendo también una biblioteca para apoyar a los estudiantes.
Oxkutzcab. En 1997 estaba en formación.
Sisal. En agosto de 1992 se creó el museo comunitario en este puerto.
Tahdziú. Su museo fue organizado en septiembre de 1992, agregándose un taller de manufactura de artesanías; en 1996 se desarrolló un curso para promotores de museos.
Teabo. El museo comenzó a funcionar en 1996 y debido a la activa participación de la comunidad se ha ido ampliando.
Valladolid. Desde 1991 se tuvo la idea de fundar un Museo Regional en el antiguo ex convento de San Roque, por lo que cierto número de piezas prehispánicas, coloniales y del siglo XIX se concentraron ahí.
Yaxché (municipio de Valladolid). Cuenta con un modesto museo desde 1996.
Museos de Sitio. Patrocinados por el INAH y otros organismos, se han construido locales en los sitios arqueológicas de Chichén Itzá y Uxmal. En estos edificios modernos y funcionales, llamados Paradores Turísticos, se destinó una sección para el museo y otras para diversos servicios, integrados al local. En 1994 se inauguró el tercero, en Dzibilchaltún, con la variante de tener en forma separada el edificio del parador y servicio, de dos plantas; una palapa auditorio; una pérgola de monolitos, con techos de cristal y luego el Museo del Pueblo Maya, con varias salas, complementado con varias casas de paja donde se exhiben utensilios indígenas, muestras de la flora y la fauna, etcétera.