Méndez Acosta, Juan José (1806-1876) Militar. Nació en Izamal, Yucatán, y murió en Mérida, Yucatán. Estudió en el colegio que tenían en Izamal los frailes de la Orden franciscana en el convento. Ahí cursó latinidad, pero al fallecer su padre tuvo que abandonar los estudios y dedicarse a trabajar, para sostener a su madre. Se trasladó a Mérida donde encontró empleo en el establecimiento comercial de Juan José Leal, quien al darse cuenta de la aptitudes de Méndez, más adelante, lo nombró gerente. Años después, Leal le encomendó la administración de sus fincas rústicas ubicadas en el partido de Izamal. Méndez tuvo que trasladarse a Tunkás, lugar más adecuado para desempeñar sus nuevas actividades. Residía en esta población cuando entre 1837 y 1838 fue nombrado jefe político, subdelegado y comandante militar del partido de Espita, por el gobierno de Yucatán. Así abandonó la vida del campo y comenzó su carrera política. Con su actuación conciliadora entre los opositores del gobierno logró restablecer la paz en Espita. Cuando el coronel Trujeque se rebeló en enero de 1847 contra el gobierno, al mando de tropas indígenas, y amenazó con tomar la ciudad de Valladolid, Méndez, junto con Peniche Gutiérrez, salió de inmediato de Espita con el fin de apoyar dicha ciudad defendida por el coronel Venegas y que el 15 de ese mes fue saqueada, originándose la matanza de numerosos pobladores. Ese mismo año estalló la Guerra de Castas y los indígenas sublevados ocuparon Valladolid. Las familias «blancas» se vieron obligadas a refugiarse en Espita. Sin embargo, atemorizados por las noticias que los refugiados habían llevado, los espiteños decidieron abandonar su pueblo. Juan José Méndez, consciente de las pocas perspectivas que tenía para poder defender esta plaza, recomendó a Sebastián Molas escoltar a las familias que pretendían ser trasladadas a lugares más seguros y se dirigió a Mérida para ofrecer sus servicios. Aquí fue nombrado jefe de la cuarta división e inmediatamente se le ordenó recuperar Izamal. Situado Méndez en Cacalchén, ordenó ocupar Tekantó, con 400 hombres al mando del teniente coronel Tomás Peniche Gutiérrez, y los poblados de Kimbilá y Citilcum con otra fuerza poco mayor, cuyo mando confió al capitán Lázaro de Jesús Ruz. Peniche y Ruz enviaron espías a Izamal para reconocer las posiciones enemigas; cuando volvieron, informaron que los indígenas, tras haber incendiado las casas de paja, robado las tiendas y rezado a la Virgen, se habían retirado al Oriente. Peniche y Ruz, ante tales noticias, decidieron ocupar Izamal el 2 de junio de 1848. Méndez, por su parte, se trasladó a la ciudad recuperada con el resto de las fuerzas de la división y desde este punto emprendió la recuperación del oriente del estado.
La cuarta división salió de Izamal con Méndez a la cabeza y tomó Tunkás, Cenotillo y Dzitás. Cuando ya se encontraban listos para ocupar Valladolid, recibió la orden de pasar al Sur. Méndez concurrió a la recuperación de Peto, Tihosuco y demás poblaciones de aquellos rumbos y cuando los indígenas estaban dominados se le ordenó retornar a Valladolid, a la que llegó en los primeros días de 1850, a la cabeza de quinientos hombres que había llevado al sur de la campaña. Ya para entonces, esta ciudad había sido recuperada por Molas y Peniche Gutiérrez. Méndez se encargó de la reorganización de aquella región. Más adelante fue encarcelado por Rómulo Díaz de la Vega, acusado de estar inmiscuido en movimientos subversivos contra el gobierno. Cuando estaba a punto de ser exiliado, estalló la revolución de 1853, jefaturada por Molas y Cepeda Peraza, que aun cuando logró avanzar y sitiar Mérida, fue finalmente vencida. El saldo de este movimiento fue el fusilamiento de Sebastián Molas en el Campo Marte de Mérida. Mientras pasaban aquellos acontecimientos, Méndez se mantuvo neutral, apartado de toda intervención partidista.
Años más tarde, al triunfar la revolución, que el 28 de marzo de 1863 se inició en Izamal para derrocar al gobierno de Liborio Irigoyen, Méndez fue designado vocal de la Junta Gubernativa y su primer presidente, por el Ayuntamiento de Mérida, y formó parte de un consejo de gobierno nombrado para auxiliar al encargado del mando, quien era Felipe Navarrete. Desde entonces no volvió a desempeñar ningún otro cargo público. Retirado a la vida privada, falleció el 1 de septiembre de 1876.
Años después de la muerte de Méndez, el Ayuntamiento de Izamal erigió un monumento a su memoria en el costado sur del entonces Parque Cinco de Mayo. Al ampliarse éste, refiere el duque de Heredia en un artículo hemerográfico dedicado a la vida de Juan José Méndez, publicado en 1922, «…se destruyó el monumento con propósito de levantar otro en una plaza titulada ‘Méndez’ y entre tanto la lápida se colocó en la pared exterior del Palacio Municipal, en donde está hace más de veinte y cinco años.»