Molinos de nixtamal Estas máquinas, importadas por los industriales yucatecos del siglo XIX, sirven para triturar el maíz que se utiliza para la elaboración de las tortillas. Antes de que estos aparatos se popularizaran en Yucatán, la gente utilizaba un banco de piedra o metate para moler el maíz. Posteriormente, a mediados de l870, Felipe Ibarra Ortoll trajo del extranjero molinos más eficientes que los primeros, sin embargo, no molían el grano hasta reducirlo a masa fina, situación que no evitó que tuvieran buena aceptación. Las máquinas que importó Ibarra Ortoll, hacían la operación de quebrantar el maíz con rapidez y facilidad, pero la operación de refinar la masa para dejarla lista para la elaboración de tortillas, se tenía que hacer a mano, en las tradicionales piedras de moler.
Años más tarde, en 1881, otro industrial yucateco, Joaquín Suárez Cámara trajo mejores molinos de nixtamal, y a partir de esa fecha se extendió su uso no sólo en la ciudad de Mérida, sino en toda la entidad. Para fines de 1881, existían en Mérida 10 establecimientos en los que además de moler maíz crudo o cocido, se molían también granos de cacao y de café que se ofrecía al público.
Uno de los primeros molinos que operaron en el estado fue el que instaló el dibujante y litógrafo, Gabriel Vicente Gahona «Picheta», y que funcionó en el barrio de Santiago, hasta mucho después de su muerte.
En 1910, los hermanos Armín y Adriano Erosa patentaron un molino de maíz y con ello abrieron una fábrica en la calle 60 sur núm. 479. Con esta máquina se redujeron los costos, ya que no había necesidad de importar las máquinas. También disminuyó el gasto de combustible. Las ruedas de los molinos de los hermanos Erosa estaban elaboradas de una piedra especial para moler el maíz en forma fina, obteniéndose así una masa suave, espesa y fría, lo cual no se lograba con ningún molino de hierro. En un lapso de cuatro años, los hermanos Erosa vendieron 1,897 molinos, muchos de ellos, en el interior de la República.