Martín Berlanga, Cristina (n. 1921) Escritora y periodista. Nació en Madrid, España; ahí cursó el bachillerato en el Instituto de San Isidro y la carrera de profesora en la Escuela Normal de Maestras de Barcelona y de Madrid. Sus padres sufrieron los rigores de la Guerra Civil Española y huyeron de la dictadura franquista. Se refugiaron primero en Barcelona y luego en Francia, donde vivieron en un albergue del Partido Socialista. Cristina se desempeñó como profesora de un grupo de niños refugiados. En esa época, le unió una profunda amistad con Gabriela Hiell, socialista, a quien escuchó hablar con gran convicción sobre la paz y el bienestar social de los pueblos. Su amistad se preservó hasta la muerte de Gabriela. En su honor, Cristina Martín adoptó el seudónimo de «Gabriel Paz» en su faceta de escritora. Derrotada la República, el gobierno francés obligó a los refugiados en Wimereux a regresar a España en 1939. De nuevo en Madrid, ingresó en el Servicio Internacional de la Compañía Telefónica y publicó su primer cuento en el semanario Domingo. En 1947, se trasladó a la Ciudad de México y logró emplearse en varios medios editoriales. Publicó algunos cuentos en el periódico El Nacional. El 1 de enero de 1950 se estableció en Mérida, Yucatán, junto con su esposo José María Álvarez, y desde esta ciudad colaboró como articulista en El Dictamen, de Veracruz; El Porvenir, de Monterrey; El Informador, de Guadalajara; El Imparcial, de Hermosillo; El Diario de Morelos, la Agencia Latinoamericana de Londres y El Diario de Yucatán. Actualmente radica en Cuernavaca, Morelos. Entre sus obras más destacadas están: Diznarda, traducida al portugués; El aguinaldo, donde se incluye el cuento El perdón, que le mereció el premio trimestral de El Nacional, otorgado en 1956; El éxodo de los republicanos españoles; El deudor de minutos, publicado en la Antología de cuentistas contemporáneos, editada por la Editorial Aguilar; La mujer de espuma, cuyo cuento Anamariana obtuvo el primer lugar en el Concurso Estatal del Cuento convocado con motivo del 445 aniversario de la fundación de Mérida y Las carabelas volvieron. En 1987, recibió la Medalla Yucatán.