Montes Linaje, Avelino (1868-1950) Empresario y comerciante henequenero, nacido en Laredo, provincia de Santander, España. Siendo adolescente llegó a Mérida y trabajó como empleado en la librería de Audomaro Molina Solís. Posteriormente se independizó, trabajando por cuenta propia en el comercio de cereales. En 1886 se unió a la firma de Olegario Molina, en la que demostró su habilidad para los negocios y cuatro años después se casó con María Molina Figueroa, segunda hija de don Olegario. Fue uno de los accionistas del Banco Yucateco, que comenzó a funcionar el primero de febrero de 1980. También formó parte del primer consejo administrativo de la Compañía de los Ferrocarrileros Unidos de Yucatán, constituida en noviembre de 1902, y fue presidente del Sindicato de Henequeneros, establecido en 1903.
Cuando su suegro fue nombrado ministro de Fomento en 1906 en el gobierno de Porfirio Díaz, dejó a su cargo la casa comercial, que con el tiempo cambió su denominación a Avelino Montes, sociedad en comandita. Aún antes de esto, la empresa se había asociado con el consorcio estadounidense International Harvester, que monopolizaba el comercio internacional de henequén. Cuando los precios de la fibra se derrumbaron, Avelino Montes fue el blanco de las críticas y ataques de algunos hacendados, quienes lo veían como causante de su ruina. A esta protesta se unió la insurreción armada de Valladolid, iniciada el 4 de junio de 1910 y dirigida por los morenistas, que se declaró abiertamente contra el grupo de Molina pues sus propósitos fueron expulsar del estado al gobernador Muñoz Arístegui, al jefe político de Mérida, y a Avelino Montes y Rogelio V. Suárez, éste último también yerno de Olegario Molina.
Fue en 1915, con la llegada a Yucatán del general constitucionalista Salvador Alvarado y su nombramiento como gobernador, cuando Avelino Montes tuvo que salir del estado, después de que Alvarado, apoyado por una fracción de hacendados yucatecos, emprendiera una intensa y agresiva campaña de desprestigio en su contra y lo acusara de introducir divisas falsas, cargo que nunca fue probado. Luego de que Avelino Montes se exiliara, primero en Estados Unidos y después en Cuba, Salvador Alvarado encontró despejado el camino para formar la Comisión Reguladora del Mercado de Henequén con el fin de controlar las exportaciones de fibra. En los hechos, estas acciones proporcionaron al gobierno de Venustiano Carranza una de sus principales fuentes de financiamiento, derivado de las divisas generadas por la venta del henequén yucateco.
Con el advenimiento de los gobiernos revolucionarios y la reforma agraria, las familias Molina y Montes perdieron su ascendiente político y una parte de sus propiedades, aunque no su estatus social y económico. Tras su exilio en la Habana, Avelino Montes regresó a Yucatán, manteniéndose virtualmente alejado de los negocios henequeneros, fundó el Banco Comercial Peninsular, S.A. y murió en el puerto de Chicxulub en 1958. Al igual que su suegro, realizó importantes obras de beneficiencia y proporcionó recursos a numerosas instituciones, todas ellas en Yucatán, entre las que destacan el Hospital O’Horan y el Asilo Ayala. En la actualidad existe una escuela primaria y secundaria que leva el nombre de Avelino Montes Linaje, fundada con recursos aportados por él y a cargo de las religiosas de Jesús María.