Mitología popular La mitología de los pueblos americanos, formada con el aporte de las varias inmigraciones llegadas a través de los siglos, se vio enriquecida finalmente con los elementos traídos por los españoles. Dentro de la familia mayense hay mitos comunes y otros propios de determinado grupo, pero esto ha sido poco estudiado. Como sucede con la mitología fantasmal de todos los pueblos, los personajes son seres malignos, siempre amenazando a la humanidad; unos tienen forma de animales, otros son antropomorfos y algunos no tienen forma definida. A varios de estos entes se les combate con cruces, lo que muestra clara influencia del cristianismo; otros tienen formas de animales como toros, perros negros lanudos, gallinas, chivos, introducidos por los españoles. También de corte europeo son el mito del uay-ken, ser fantástico en forma de gato, que por las noches se introduce por el ojo de la cerradura a las habitaciones y lamiendo a los que duermen, les chupa la sangre; el de uapach, gigante asesino nocturno que en las calles atrapa niños y doncellas, pero que se esfuma cuando suena la hora en que todos los genios malos desaparecen; el de uinic-ché, «hombre del árbol», gigante sin huesos que se apoyaba en un tronco de árbol y que los españoles designaban con el curioso nombre de solange; el mito del culcalkin o sacerdote sin cuello ni cabeza, y el del yancopak, fantasma o genio que penetra y vive en las paredes de cántaros y jarros, en forma semejante al aladino del mito árabe. Es probable que de la época prehispánica sean algunos mitos relativos a la naturaleza, como tierra, agua y fuego, que se incorporaron a los contextos religiosos de los bosques, donde además del uil-kaax o dueño del monte, hay los aluxes (Véase: Alux), pequeños y traviesos geniecillos.
El Popol-Vuh menciona a los gigantes zipacná y cabracan en la formación del cosmos. Hay varios mitos relacionados con animales: el de ek-chapat, escoloprenda o ciempiés con siete cabezas; el de zip, rey de los venados; el de kamazots, rey de los murciélagos y varios relativos a aves, como el del uay-cot o gavilán; el de uay-pop, ave negra de rapiña con alas de petate y algunos pájaros nocturnos nocivos para los niños, como el mesa-jol, que causa fiebre y convulsiones; el tatak-moo o moo-tankas, con plumaje de colores, y aliento mortal y el tuntuncan, especializado en matar recién nacidos. De serpientes hay varios, como el mito de la xchailcan, monstruosa serpiente fantasma; el de japaycan, devoradora de niños que vivía en el cenote de Chichén Itzá y el popular mito de la ekuneil, serpiente negra que gusta alimentarse de leche humana. Otro mito muy conocido es el de la hermosa mujer (Véase: Xtabay) que seduce a los hombres. Muchos otros mitos hay sobre variados temas (cósmicos, plantas, otros animales, costumbres, cenotes, poblaciones, ruinas, personajes, etcétera), que se han conservado, pero son menos conocidos.