Maldonado R., Calixto  (1885-1942) Abogado y político. Nació en Mérida, Yucatán, y murió en la Ciudad de México. Estudió para abogado en la capital del país, donde recibió el título con la tesis, La Revolución es un derecho. Fue opositor del régimen porfirista, y se adhirió al movimiento encabezado por Francisco I. Madero.

En 1909, José María Pino Suárez lo invitó a integrar la mesa directiva, como vicepresidente, del Partido Nacional Antirreeleccionista en Yucatán, para dirigirlo y estructurarlo. Por lo que fue encarcelado. El 27 de noviembre de 1910, es nuevamente apresado, al considerársele implicado en los sucesos de Puebla, donde resultaron muertos los hermanos Serdán. Participó como delegado por Yucatán, en el Congreso Constituyente del Partido Constitucional Progresista, celebrado en la Ciudad de México el 28 de agosto de 1911. En 1913 figuró en el Congreso del Estado. El 12 de septiembre de 1914 fue nombrado asesor interino de la Comandancia Militar de Mérida y se mantuvo hasta marzo de 1915; en abril desempeñó el puesto de oficial mayor del gobierno de Salvador Alvarado. Fue propagandista del partido alvaradista y difusor del constitucionalismo en Yucatán, convirtiéndose en el enlace con las bases campesinas. Formó parte de la comisión que elaboró las leyes conocidas como Las 5 Hermanas, durante el gobierno de Salvador Alvarado. En junio de 1916, a raíz de las elecciones municipales en Mérida, colaboró con el grupo que lanzó la candidatura de Gil Rojas Aguilar. En 1920, actuó como secretario particular del presidente municipal de la Ciudad de México, Herminio Pérez Abreu. En 1927, como vicepresidente del Partido Nacional Antirreeleccionista, se opuso a la reelección de Álvaro Obregón. Además de las obras: Vindicación social; Defensa de los obreros ferrocarrileros, hecha en colaboración con Amado Cantón Meneses, (Mérida, Yucatán, 1915), y Los asesinatos de los señores Madero Y Pino Suárez. Cómo ocurrieron, (México, 1922), escribió numerosos artículos en periódicos y revistas de su tiempo. Junto con otros intelectuales como José Domingo Ramírez Garrido, Eduardo Urzaiz y Sales Cepeda, fundó el Ateneo Peninsular a principios de 1916, sociedad literaria y cultural, de la cual fue su primer presidente.