Platería

Platería  La platería yucateca se originó en la Colonia. Los primeros orfebres y plateros fueron soldados que vinieron con Montejo y también algunos de los primeros frailes. A partir de entonces comenzaron a formarse el grupo de plateros y orfebres que desarrollaron las técnicas traídas por los españoles como el esmalte, la filigrana, el cincelado, el repujado, el grabado y las montaduras de piedras preciosas.

De esta forma, los frailes se especializaron en la elaboración de objetos de culto religioso, mientras que los indígenas y mestizos se dedicaron a hacer alhajas para adorno personal. En la actualidad, la tradición de fabricar objetos eclesiásticos se ha perdido completamente y sólo se mantiene la manufactura de objetos para adorno personal.

Existe poca información de como se organizaba el trabajo en la Colonia. No obstante, al considerar que la joyería tradicional ha sido y es artesanal y que subsisten restos de antiguas organizaciones gremiales, es posible afirmar que el trabajo estuvo organizado en pequeños talleres artesanales. No se cuenta con datos sobre la cantidad de plateros y su distribución durante la Colonia y la Independencia, pero se estima que había plateros para fines del siglo XIX y principios del XX, en Mérida, Valladolid, Peto, Ticul, Motul e Izamal, por lo menos. Con el florecimiento de la industria henequenera se favoreció el consumo de oro y se registró un aumento en el número de plateros y talleres.

En los 40 y 50 floreció la platería y se produjo filigrana de plata para vender en el extranjero. Fue cuando se aplicó por primera vez esta técnica para la plata.

En Mérida existían talleres con más de 30 trabajadores. En ellos se aprendía el oficio y desde el principio se les pagaba a los aprendices por gramo trabajado. Los patrones eran plateros y se dedicaban a enseñar, dirigir y organizar la producción. El proceso de trabajo en estos talleres era prácticamente artesanal ya que se hacía en forma manual. El dueño era un trabajador más y le pagaba por obra a los empleados.

Posteriormente, surgieron las primeras mujeres dedicadas a este oficio. Ellas realizaban el llenado de la filigrana, gracias a su cuidado y paciencia.

La platería no es un oficio rural sino urbano, por su especialización. Los actuales plateros viven en villas y ciudades, pero no en comunidades.